Natura xilocae

Journal of observation, study and conservation of Nature Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal de l'observation, l'étude et la conservation de la nature et des Terres de Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal der Beobachtung, Erforschung und Erhaltung der Natur und der Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Gazzetta di osservazione, lo studio e la conservazione della natura e Terre Jiloca Gallocanta (Aragona) / Jornal de observação, estudo e conservação da Natureza e Jiloca Terras Gallocanta (Aragão)

jueves, 29 de mayo de 2014

CELEBRACIÓN DEL DÍA DEL MEDIO AMBIENTE EN MONREAL DEL CAMPO

La Comarca del Jiloca ha decidido celebrar en Monreal del Campo el Día Mundial del Medio Ambiente el próximo 5 de junio. Se expone el programa de esta iniciativa novedosa:

En un territorio tan despoblado y tan alejado de la urbe, esta actividad es una muestra del interés social por los temas ambientales.

martes, 27 de mayo de 2014

NUEVA PÁGINA DE TURISMO EN LA COMARCA DEL JILOCA

La Comarca del Jiloca ha realizado una nueva página web que recoge toda la información turística de interés de este territorio. La web www.descubrejiloca.es se ha realizado a través de un taller de empleo financiado por el INAEM durante 6 meses y recoge más de 500 páginas con información, unas 4000 fotografías así como datos de todos los servicios turísticos comarcales. Además se han instalado más de 200 puntos de señalización con códigos QR en todas las localidades del Jiloca desde los que se puede acceder a la información.


En la web se ha prestado mucha atención al turismo de naturaleza dando especial importancia a la Laguna de Gallocanta, así como a otros paisajes de interés como son los bosques, las parameras ibéricas, los entornos de los rios Nogueta, Jiloca y Pancrudo o la Sierra Menera. También se recogen los árboles monumentales de la comarca y diferentes puntos de interés fluvial o geológico.


Cabe destacar el apartado de turismo activo en el que se han creado más de 30 rutas por la naturaleza para todo tipo de públicos y con diferentes dificultades. Estas rutas discurren por toda la Comarca y se dividen en paseos familiares, rutas de mediano recorrido y rutas de gran recorrido como las diferentes opciones del Camino del Cid, el GR-24 o la ruta de la Vera Cruz. También se incluye un apartado de rutas para bicicleta todo terreno en el que el visitante podrá descargar los recorridos de las 6 rutas btt diseñadas por la Comarca del Jiloca.




El patrimonio, los museos y centros de interpretación así como las fiestas y tradiciones junto con un mapa de servicios, la gastronomía y la información de cada localidad completan el conjunto de la información existente en la página web www.descubrejiloca.es

Esta página pretende funcionar como una oficina virtual de turismo, de forma que todo aquel visitante que llegue a nuestra comarca pueda tener en su móvil aquella información que precise.

El diseño de la página es muy intuitivo, de manera que de una forma sencilla se puede acceder a aquellos apartados en los que se esté interesado.


lunes, 26 de mayo de 2014

PUERTOMINGALVO: DE BALCONES, ERIZOS Y BANCALES

Puertomingalvo es un destino en sí mismo para el viajero. Es uno de los pueblos más bonitos de Aragón. Alberga en su término unos paisajes bien poco conocidos; en ellos contrasta el frío de la sierra de Gúdar y el atemperamiento de los barrancos por los que remonta el aire fresco y cálido del cercano Mediterráneo. Literalmente colgada sobre el río Linares, con una caída de 500 m. y de la vecina localidad castellonense de Villahermosa del Río, de la que se llega subiendo 700 m. de desnivel en menos de ocho kilómetros en línea recta.

Puertomingalvo es, pues, un balcón de la cordillera Ibérica sobre llanura litoral.

DSC_4418

El pueblo tiene un caserío muy cuidado, fruto de la preocupación de vecinos y alcaldes en conservar y restaurar las casas atendiendo al estilo tradicional. La población es muy escasa. Casi toda ella marchó durante el éxodo rural de los ‘60 hacia L’Alcora y otras localidades castellonenes a trabajar en las industrias azulejeras. Sin embargo, la proximidad y el vínculo a las raíces hacen que los fines de semana estén llenas las calles y las casas ocupadas. Incluso ejerce de polo turístico para gentes tierras valencianas que han adquirido apartamentos de reciente construcción. El turismo aragonés,como en tantas comarcas de Teruel, casi inexistente. Hay tanto que ver en Salou…

Recorrer las calles, especialmente durante la noche, tiene encanto, incluso en días fríos. Las gentes, amables, tienen ese acento dulce y musical, tan característico del Maestrazgo, que se extiende desde Aliaga hacia las tierras altas de la provincia de Castellón. Hay varios edificios de interés histórico.

DSC_4390

Casas palacio de estilo aragonés, con sus tres alturas y galería de arquillos, cubierto por un alero de madera.

DSC_4393

El ayuntamiento, de estilo gótico del siglo XIV. El hospicio de Santa María de Gracia del XV. Varias ermitas tardomedievales. Su imponente iglesia de la Purificación y San Blas. Y múltiple detalles en cada casa …

DSC_4389 

en cada esquina …

 DSC_4392

Territorio entregado al arzobispado de Zaragoza para organizar su poblamiento. Gentes y tierras aragonesas aunque con una intensa vinculación con las de las castellonenses, tanto las vecinas del Maestrat como con las de la Plana de Castelló, hacia donde han ido emigrando, especialmente en las últimas décadas.

El pueblo está encaramado sobre un alargado cerro.

DSC_4420

En su extremo oriental se yergue el espectacular castillo. Su construcción comienza en el año 1.202 teniendo como función la consolidación de la frontera del reino de Aragón. Los sillares crean un volumen pétreo que se levanta contra el cielo.

DSC_4381

Hacia el este se extiende el caserío integrado en las murallas, abiertas con sus dos portales. En el otro extremo, cerrado por lienzos de la muralla, apartamentos de nueva construcción, levantados en los años del boom del ladrillo sobre las eras abandonadas.

DSC_4421

A los pies del pueblo se extiende una depresión cerrada por pequeños cerros y que vierte hacia el norte, hacia la sierra. En un primer momento pensé que se trataba de un polje capturado por la red fluvial, pues afloran calizas, en todo el entorno, pero no lo he podido confirmar. En cualquier caso es una singularidad hidrológica. Las aguas que se recogen en este balcón de la sierra de Gúdar no se dirigen hacia el inmediato río Linares sino que se encaminan por el barranco de Gil hacia la rambla de Puertomingalvo, afluente del río Monlleó. Es decir, las aguas que se recogen en el balcón no caen hacia la “calle”, sino que se meten hacia la “casa”, la sierra …

mapa

Quisimos disfrutar de la vista del pueblo que ofrece la ladera de la Peña de la Horca. Para ello dejamos la carretera a Villahermosa a la altura de la ermita de Santa Bárbara (gótica, del XIV), tomando la pista que conduce a Sant Joan de Penyagolosa, mítico monasterio y cima montañosa por excelencia para el pueblo valenciano. Pero nosotros nos quedamos allí mismo, frente al pueblo para saborear el paraje.

Un mosaico de pastos, sembrados, masías y bosquetes se extiende por las suaves laderas que descienden del pueblo.

DSC_4372 

Los pastos, muy poco aprovechados, aún mantienen los muros de piedra seca para encerrar el ganado …

DSC_4433

Hacia la hoya las laderas están intensamente abancaladas. Bancales con pequeñas paredes de piedra por la escasa pendiente.

DSC_4378

Las tierras de la parte baja mantienen su cultivo. Algunas parcelas son extensas y el freático está tan cercano que aseguran las cosechas. Aún así, no son pocas las parcelas plantadas de chopos canadienses, como en la vega del Alfambra o del Jiloca.

DSC_4416

En las laderas se hacen más comunes las pequeñas terrazas. Algunas han sido sembradas por alfalfa, para su aprovechamiento como forraje …

DSC_4419

Otras parcelas más pequeñas se han abandonado hace unos pocos años y, las hierbas primero y las aliagas después, comienzan a tapizar el suelo…

DSC_4379

Sin embargo, conforme se asciende el erizo se enseñorea del territorio. El viento, persistente en este saliente orográfico, favorece a esta mata achaparrada frente a la aliaga, más altiva, más expuesta.

DSC_4372

Los peñascos calizos afloran mostrando el buzamiento de sus estratos …

DSC_4373

Son calizas cretácicas entre las que se intercalan areniscas rojas que nos confunden haciéndonos creer que se trata de rodenos triásicos. Son delgados estratos de calcarenitas ferruginosas.

DSC_4377

Cuando el suelo se hace más profundo y el viento arrecia los erizos tapizado el suelo con sus semiesféricos pulvínulos …

DSC_4370

… que pueden llegar a cerrarse en aquellos lugares en los que la reja del arado no ha entrado en varias décadas …

DSC_4380

Juegan el papel ecológico de los aliagares de tierras más secas. Hostil al paseante y al ganado, cierra la herida de la tierra desnuda. Es el horror vacui de la vegetación. El erizo, esta mata humilde y austera, es un símbolo de estas sierras en tiempos de abandono de la mano humana.

viernes, 23 de mayo de 2014

LOS PRADOS Y NAVAJOS DE BELLO EN UNA PRIMAVERA SECA

Mediodía luminosa de primeros de mayo. Abril ha venido seco. Las aguas de la laguna se retiran día a día, ofreciendo en el término de Bello amplias playas desnudas primero y un tapete de algas resecas y en salmuera semanas después.

Los prados muestran su efímero verdor en estos días. Si llueve, durará más. El navajo de La Pardina aún ofrece un notable nivel de agua resultado de la descarga local desde los prados durante el periodo invernal. Pero también muestra retroceso en sus márgenes. Y ya se imagina uno la gama de presiones ambientales que estarán sufriendo en estos días  las plantas que conforman sus anillos de vegetación.

DSC_4622

Un panel muestra los sutiles matices de las formas del relieve. Todo a escala centimétrica, en esta amplia planicie. Playas antiguas, cordones litorales, playas actuales, deltas …

Panel prados Bello 1

O los menos perceptibles cambios en los suelos en las distintas bandas concéntricas en torno a la laguna. Depósitos de precipitados de carbonatos, sulfatos o cloruros, acúmulos de arenas o de limos, materia orgánica sin oxidar, costras ferruginosas …. resultado de las variaciones locales en el régimen de inundación y de los materiales aportados por las corrientes litorales o de la rambla de Los Pozuelos a lo largo de siglos y siglos.

Panel prados Bello 2

Y la respuesta de la vegetación a estas discretas variaciones topográficas y ecológicas. Este es uno de los ecosistemas más valiosos en la laguna. Generalmente eclipsado por la espectacularidad de las grandes aves (grullas o avutardas, como mucho anátidas y limícolas) los prados de Bello o de Tornos ofrecen la posibilidad de explicar los impresionantes procesos ecológicos que allí tienen lugar. Cambios bruscos en la humedad edáfica, en la salinidad y en el aporte de materia orgánica, determinan rápidos variaciones en la comunidad bacteriana, de algas y en la actividad de las plantas vasculares, por no comentar la de los invertebrados del suelo o vinculadas al herbazal.

Panel prados Bello 5

Estos fascinantes procesos son recursos educativos muy adecuados en todo momento, pero especialmente en temporada no grullera. Eso sí, necesitan pasión para transmitirlo a los estudiantes y a los adultos.

Un rebaño de ovejas pastaba en los prados.

Ovejas prados Bello 1

Otra variable ecológica: los grandes fitófagos y su influencia. Un uso antiguo. Posiblemente el aprovechamiento humano más sostenible para dichas tierras. Cuando la ganadería extensiva de ovino está en rápido retroceso en casi todo Aragón, en Bello resisten unos ganaderos y hay planes de futuro. Es bueno para todos.

El navajo era el abrevadero natural del rebaño. Las ovejas acudían con prisa por la sed que les producía el salino pasto recién comido.

DSC_4625

Volvimos hacia Bello por el camino de la depuradora. Eran más de las dos de la tarde. Sol intenso de primavera y calor. Ni rastro de la avutarda ni de la lechuza mora, nuestro objetivo ornitológico. Hora de retirarse a comer con el resto de compañeros del curso.

A la vuelta, pasamos junto al navajo de Bello.

DSC_4635

Espléndida imagen. El vaso, casi completo. Las algas verdes filamentosas crecían tanto en los márgenes como en el centro de la balsa. Más allá, los prados salinos, la seca planicie salina de los Lagunazos de Bello y, al fondo, los secanos cerealistas y los cerros cuarcíticos de Tornos. Primavera en el altiplano endorreico de Gallocanta.

martes, 20 de mayo de 2014

V CURSO DE ORNITOLOGÍA DE LA UVT: 3 DÍAS, 141 ESPECIES

Hace unas semanas que ha terminado la quinta edición del curso de “Ornitología Práctica de Gallocanta y las Tierras del Jiloca” de la Universidad de Verano de Teruel, institución que organiza conjuntamente con ADRI Jiloca-Gallocanta y el Departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del Gobierno de Aragón.
Se ha celebrado entre los días 1 y el 4 de mayo. Buenas fechas. Se dedicó media jornada a ponencias y tres días íntegros a trabajo de campo. Veinticuatro alumnos, al completo. Ocho profesores y dos asistentes técnicos. Con toda la energía e ilusión para aprender y disfrutar unos de otros. Ritmo intenso pues había mucho que recorrer, mucho que ver. Como se dijo, más que un curso, parecía un maratón ornitológico.
DVD021_200 
Tarro blanco. Foto: Rodrigo Pérez
La primera tarde comenzamos visitando las lagunas de la cuenca de Gallocanta. Bajo nivel de agua en la gran laguna endorreica y amplias playas. Abundancia y riqueza de aves acuáticas, especialmente de limícolas, muchas de ellas alimentándose y descansando en su paso migratorio. En la laguna de Guialguerrero, además de observar a comprobar la cría de la garza real, vimos un ejemplar subadulto de malvasía cabeciblanca. Complementamos con las aves de los secanos cerealistas (avutarda incluida, en pleno celo) y con las capturadas en las redes dispuestas en los prados de Tornos. Por la noche, breve recorrido de un grupo de intrépidos por los prados de La Serna para escuchar nocturnas.
ANDARRIOS CHICO
Andarríos chico. Foto: Rodrigo Pérez
La segunda jornada supuso un madrugón para aprovechar las primeras horas en la Parameras de Blancas.
DSC_4567
Cambio de ambiente: los altos páramos calcáreos de la cordillera Ibérica. Día fresco y con viento. Las aves de estos ambientes esteparios estaban menos activas que otros años. Aún así registramos casi todas las habituales, disfrutamos con la observación a baja altura de un ejemplar de buitre negro. Pero sospechamos que la abundancia fue menor que el año pasado. La fría primavera de 2013 y los pedriscos han podido perjudicar a las poblaciones de aves esteparias, tan expuestas en su cría.
Al cabo, Demetrio estuvo mostrando y anillando las –esquivas- aves que con tanto esfuerzo y un madrugón pudieron recolectar.
Almorzamos en Monreal del Campo y volvimos a la carga para recorrer los manantiales de los Ojos del Jiloca. Aves de los huertos, del soto fluvial y de los pequeños humedales. Recorrido corto en una hora poco apropiada. Un solitario martinete descansaba en un sargatillo de su viaje migratorio. Y un zarcero políglota fue capaz de tenernos absortos mientras reclamaba en una zarza ….
DSC_4572
Por la tarde, nos acercamos a conocer las aves urbanas a Daroca. La proximidad de los montes, con sus pinares, campos y matorrales a esta histórica ciudad nos permitió ampliar la lista de observaciones. Pero, sin duda, lo más destacado fueron las especies rupícolas que estaban comenzando su crianza en los cantiles, murallas y entre los bloques caídos. Hasta tres machos de roquero solitario pugnaban por hacerse con el mayor territorio en la ladera de la solana, cantando y cazando presas casi a un tiempo.
roquero solitario
Macho de roquero solitario. Foto: Rodrigo Pérez
Terminamos la jornada en el Museo de la Naturaleza de Daroca tras hacer la oportuna puesta en común colectiva bajo la dirección de José Luis Rivas. Diversión asegurada.
El sábado nos teníamos que acercar a las Hoces del río Piedra. Antes de iniciar la marcha, ya tenía José Luis en la mano la única codorniz que tuvo la ocurrencia de cantar en aquella fría mañana por los llanos de la gasolinera de Las Cuerlas. Un bando de pagazas piconegras revoloteaba la pequeña balsa mientras bebía.
pagaza piconegra
Pagaza piconegra. Foto: Rodrigo Pérez
Marcha hacia Torralba y encuentro en el molino. El río, seco. Ni una poza. Ni un charco. El matorral en plena floración, especialmente las guillomeras. Nos repartimos en tres grupos para prospectar con espacio y calma los rincones del cañón fluvial. El nuestro se recorrió la senda que atraviesa remontando el soto de aguas arriba del azud y volvió remontando por la cresta del cañón, entre el rebollar y el carrascal. En conjunto pudimos ver casi todas las especies esperables.
DSC_4607 
Después de la comida, aún con el soporcillo encima, nos dirigimos, unos hacia el barranco de Anento, otros hacia el de El Arguilay y, nosotros, hacia el Pancrudo. Primera parada en la presa. Algún cormorán grande rezagado, varios somormujos, bandos de golondrinas, aviones comunes y algún zapador, y una treintena de andarríos chicos. Nos acercamos a las dehesas de sauces y chopos cabeceros de Navarrete.
DSC_4637
Docenas de papamoscas cerrojillos y grises aprovechaban el último sol de la tarde para cazar insectos sobre el prado. Un gavilán nos sorprendió recorriendo los taludes del aljezar. Ni los roqueros ni las currucas mirlos parecían haber llegado. Sobre los peñascos, una joven y curiosa cabra montés se asomó para despedirnos.
La última jornada fue solo matinal y trató de exprimir las posibilidades de la laguna de Gallocanta. Y así fue, pues incrementó en número de observaciones de la primera jornada. En conjunto, un total de ciento cuarenta y una especies en tan solo tres días netos. Puede descargarse la lista pulsando en este enlace o consultarse a continuación:


Bien es cierto que había muchos ojos y muchos oídos bien atentos. Pero aún así, son muchas especies de aves. Hay que tener en cuenta que Gallocanta estaba en aguas bajas, que casi no entramos –como en anteriores ediciones- en ambientes forestales. Que nos movimos en un rango de tan solo 300 metros de altitud. Este registro es una prueba de la gran riqueza ornitológica de estas comarcas. Y, en este caso, de sus posibilidades educativas.
La otra vertiente del curso ha sido la intensa convivencia y el buen ambiente creado entre unos y otros. Es siempre un aspecto muy valorado entre los asistentes. Un foto con los participantes en el río Piedra.
Medida del buen ambiente es la sonrisa de Javier Lucientes, el director.
DSC_4617 
En definitiva, un curso que parece consolidarse tanto en el programa de la Universidad de Verano de Teruel como entre los aficionados a la Ornitología. Un curso al que llegan personas cada vez de más lejos y que, a un tiempo, cubre las necesidades de formación de las gentes del entorno. Un curso que sale adelante con más voluntad que medios, lejos de las grandes ciudades, lejos de los centros de investigación. Que promociona los valores naturalistas de las comarcas del Jiloca y de Campo de Daroca. Un curso que demuestra que estas tierras ofrecen muchísimo más que grullas a los aficionados a las aves.
Un curso … en el que os esperamos el próximo año.

domingo, 18 de mayo de 2014

EL PINO ROYO DE PUERTOMINGALVO: PAISAJE CON FIGURAS EN LA SIERRA DE GÚDAR

Paisaje con figuras fue un programa de Radio Televisión Española que, durante los primeros años de la transición política, destacó por su formato, novedoso en el tratamiento de las biografías de personalidades históricas españolas. Dirigida por Mario Camús y con textos de Antonio Gala, contaba con un único actor o actriz, rodeándola de los paisajes en los que había desarrollado su vida. Eran biografías de los personajes que a todos nos habían enseñado en el colegio aunque ya incluía a algunos menos afines a la historiadores del franquismo. Seguía ensalzando el patriotismo español pero, en buena parte ya quedaba eclipsado por la profunda carga humana de cada personaje. A muchos niños y jóvenes aquel programa nos marcó.

Recorriendo hace unas semanas las carreteras de la sierra de Gúdar. Me acordé de aquel programa. Habíamos remontado en puerto de Linares y nos encaminábamos a través de suaves montes cubiertos de bosquetes, pastos y campos de cereal, hacia nuestro destino: Puertomingalvo.

Hacia el noreste, en medio de un amplio prado y enmarcado en una antigua cerrada de piedra seca, había un enorme ejemplar de pino royo (Pinus sylvestris). Era la figura central en el paisaje. 

DSC_4270

Era un ejemplar notable y muy sano. Su grueso y agrietado tronco se dividía desde muy pronto en diversas ramas que crecían retorcidas en todas las direcciones ofreciendo al conjunto de la copa una forma esférica. La propia de los viejos pinos.

Como los personajes de aquel programa, este pino solitario nos estaba evocando múltiples sucesos acontecidos en su entorno en los doscientos o trescientos anillos que puede tener su tronco. Una historia con muchos sucesos cotidianos como las regulares nevadas que afrontar cada invierno que han ido cincelando sus ramas, tronzando brotes muy expuestos, conservando las ramas retorcidas. Una larga exposición a las tormentas, tan regulares en esta sierra, final de la rampa que arranca en el mar Mediterráneo y que fuerza a la convección de las masas de aire cálido y húmedo. Tormentas asociadas a rayos que, aquí y allá, como una incierta lotería se descargan en los solitarios árboles de estos montes marcando a fuego sus troncos. En la larga vida del pino, predominan las jornadas apacibles en los que se benefició de la compañía de los rebaños. Recortando la oveja las hierbas de su entorno, la cabra a los espinos y sabinas chaparras. Sesteadero de unas y otras durante las horas de rumia en las largas tardes de verano a la vez que acumulaban el sirle bajo su sombra. Rebaños trashumantes hasta hace tan solo cuarenta años. Rebaños que andaban dos veces al año los azagadores que unían las tierras bajas de la plana de Castellón con los prados frescos de la sierra de Gúdar.

DSC_4272

Y sucesos esporádicos y extraordinarios, que ocasionan profundos –aunque a veces a medio plazo- cambios en el paisaje. Las guerras carlistas, las desamortizaciones de bienes y el desplome de la industria textil en el siglo XIX, la expansión industrial y del naranjera en las tierras bajas, el éxodo humano irreversible de los años 60 y 70 del pasado siglo, la recuperación del bosque, la Política Agraria Comunitaria que alcanza hasta los últimos rincones de estas sierras …

Unos y otros sucesos han marcado las vidas de las personas que han compartido el espacio y el tiempo con este pino solitario de El Puerto.

jueves, 15 de mayo de 2014

UN DISCRETO MONUMENTO

Generalmente el concepto de monumento suele asociarse con el de una construcción humana preferentemente arquitectónica, con valor artístico, histórico o social para el grupo que lo erigió. En muchos casos se trata de obras grandiosas y espectaculares.

Sin embargo, en las pequeñas comunidades rurales hay monumentos que cumplen los mismos requisitos, aunque a una escala menor. En su mayoría, son construcciones con un significado y una función religiosa, aunque los hay que también un carácter civil. Suelen desempeñar un papel importante en la identidad del territorio y que suelen ser elementos destacados en el paisaje. Un par de ejemplos son las ermitas o los peirones, pero también pueden serlo los puentes.

DSC_7099

Ermita de San Juan en Cañada Vellida (Comunidad de Teruel)

Otro tipo de elementos constructivos han sido levantados por los campesinos con una finalidad productiva. Masadas, graneros, parideras, molinos, casetos, pozos, neveras, cerradas, palomares y otros muchos. Habitualmente no con tenido la misma estima popular que los anteriores por tratarse de propiedades privadas y por tener un menor valor simbólico. Pero, así mismo, han ejercido una impronta profunda en el paisaje. Estas construcciones, en su mayoría, se han ido desmoronando conforme han ido perdiendo su función, debido a los cambios sociales o en los sistemas de producción. Por eso en los últimos años comienzan a ser considerados como monumentos.

DSC_4880

Caseto de piedra seca en Bañón. Foto: José Antonio Sánchez

Hoy querríamos hablar de un sencillo monumento: el abejar de Torralba de los Frailes.

CIMG0111 

Las abejas melíferas silvestres gustan de construir sus panales en los huecos de los árboles y en las grietas de los peñascos. Los seres humanos llevan aprovechando la miel de las abejas desde el paleolítico. Tiempo después aprendieron a ofrecerles vasos para su ocupación y, con el tiempo, a desplazarlas a modo de trashumancia a distancias más o menos largas. Algunos humanos siguen extrayendo la miel de abejas silvestres, generalmente en pueblos no influenciados por el desarrollo tecnológico, pero también en comunidades rurales europeas, como también recoge Severino Pallaruelo en su precioso libro “José, un hombre de los Pirineos”.

El ser humano ha aprendido a construir abejares exentos en lugares apropiados, dotados de abundante flora melífera y con la presencia próxima de agua. Pero, a veces, estas construcciones se han realizado en las mismas peñas, de forma que cuesta deslindar donde comienza la obra humana y donde termina el trabajo de la naturaleza.

DSC_2923

El río Piedra, tras su nacimiento en la sierra de Caldereros, se encaja en las calizas cretácicas en Embid y desarrolla un alargado cañón fluvial en los términos de Torralba de los Frailes y Aldehuela de Liestos. En su entorno, los montes presentan un suave relieve que está tapizado por carrascales, destinados al aprovisionamiento de leña, y por pastizales leñosos y secos de aprovechados desde hace siglo por ovejas y cabras. En estos pastos ralos predominan unas plantas aromáticas que están bien adaptadas a la sequedad, el viento, la insolación y los suelos esqueléticos. En ellos abunda la ajedrea, la salvia, el tomillo y el espliego, pero también el erizón, la aliaga y el gamón.

DSC_1967

Estas son plantas muy melíferas y han permitido, además, un aprovechamiento pecuario distinto: el apícola.

Como en todo, la competencia por este recurso, habrá sido una constante en el pasado. Ganados y enjambres han competido por el aprovechamiento de las plantas del páramo. Unas extrayendo el néctar de las flores, otras comiendo las partes aéreas, generalmente cuando estas son tiernas. Por eso se explica el refrán:

Donde hay oveja, no hay abeja

Sin embargo, ahí ha quedado el colmenar de Torralba.

DSC_1978

Está construido con mampostería obtenida de los clastos desprendidos de las calizas del cañón cementados con argamasa de arcilla. La cubierta está formada por tejas árabes bien sujetadas por un par de hileras de pesadas piedras planas que evitan ser levantadas por el viento. La fachada dispone de una quincena de piqueras abocinadas y con arcos semicirculares. Toda ella está bien enjalbegada con cal, ofreciendo un aire algo andaluz. A sus lados, un par de muros de piedra seca protegen del viento que entra y sale del cañón y, al tiempo, reflejan los rayos solares permitiendo entibiar el aire ante la fachada de la colmena.

DSC_2928

Tiene la orientación perfecta. Al solano, al pie del cantil, recibiendo en invierno el tibio calor de los débiles rayos solares. Algo importante en estas tierras frías. Está protegido del cierzo, que lame los páramos y se encaja en el cañón del Piedra. Al estar en alto, está protegido de las habituales crecidas del cercano río Piedra, pero a su vez tiene muy cerca el agua de sus orillas o bien las pozas resultantes tras los largos periodos de sequía.

Pequeño, colgado sobre el barranco, pulcro y coqueto, el abejar de las Hoces de Torralba es una pequeña joya de la arquitectura popular, que a menudo ha pasado desapercibida a los ojos de naturalistas, senderistas o escaladores más interesados en la aparición del halcón peregrino, en la majestuosidad escénica del cañón o en cómo abordar la vía que tiene pensada.

DSC_2922

Es, además, una joya bien pulida, en perfecto estado. Hoy por hoy, todo un lujo.