Hace unos días estuvimos recorriendo la ribera del Aguas Vivas.
Desde esta bitácora queremos felicitar a la Comarca de Cuencas Mineras por la estupenda red de Senderos de Pequeño Recorrido (PR) que ha creado en su territorio. Pudimos conocer los que conectan los Baños de Segura, Maicas y Huesa del Común a lo largo del valle del Aguas Vivas.
Su recorrido es una lección de Geología, con afloramientos de rocas volcánicas, formas de relieve espectaculares y la serie completa de estratos del Triásico, que incluyen las famosas areniscas rojas del Bunt (rodeno). Pero también lo es de Botánica, con una comunidad de plantas propia del piso mesomeditarráneo (romero, cornicabra, etc.), una interesante flora gipsófila, el extenso carrascal de Maicas y el impresionante soto con viejos y monumentales chopos y fresnos trasmochos. Estos tranquilos y solitarios parajes ofrecen condiciones apropiadas para el refugio y la cría de especies protegidas como el halcón peregrino, el alimoche o el águila real, entre otras muchas. Por no citar a la cabra montés, abundante y fácil de observar.
Hacer senderismo por estos parajes es una magnífica manera de hacer deporte, conocer el país, disfrutar la Naturaleza e interpretar el paisaje y los usos tradicionales. Por no hablar de los beneficios para la salud.
Por la tarde nos internamos en el cañón del Aguas Vivas desde Huesa del Común. Nos internamos en el estrecho sendero que acerca al molino de La Canal y que remonta por la margen derecha del valle, entre la inclinada ladera y los cultivos abandonados. Algunos paseantes disfrutaban de la caída de la tarde mientras que unos escaladores se ejercitaban en las vías de escalada de las paredes calizas próximas al pueblo. Todo en bastante silencio y tranquilidad. De hecho vimos sobrevolar un alimoche, un joven de águila real, abundantes buitres y un roquero solitario.
Águila real. Foto Rodrigo Pérez
De repente, irrumpió desde el pueblo un atronador sonido.
Una colección de máquinas ruidosas montadas por jóvenes motoristas llenaron innecesariamente de humo y estruendo un espacio natural frágil y con especies amenazadas en plena época de cría. Su velocidad era un peligro para las personas.
Con la de sitio que tienen para circular sin problemas. Hoy por hoy, la red de carreteras es densa. Sólo en las Cuencas Mineras hay muchos cientos de kilómetros para recorrer libremente, siempre que se cumplan las normas de circulación. Pero, además, existe una aún más densa red de pistas forestales y caminos de libre utilización para los vehículos de motor a pesar del impacto ambiental que causan nuestros vehículos. Pero no, debe resultarles más excitante recorrer los últimos rincones naturales. Al fin de al cabo, siguen el modelo Dakar.
Ni siquiera estas estrechas sendas se salvan de la invasión de las motos.
Todo tiene unos límites. Los del sentido común.
2 comentarios:
Muy interesante el artículo.
Creo que las limitaciones de circulación que están recibiendo las motos, los quads y los 4x4, en otras comunidades (en lo referente a velocidad y nº de vehículos) están derivando esta afición a comunidades despobladas y con escasa vigilancia. No se de que forma es esto denunciable o controlable (Seprona, APNs, Legislación autonómica,....), pero me sumo a la denuncia.
Este comportamiento no solo pone en peligro la tranquilidad y seguridad de los paseantes y escaladores, sino que también amenaza la fauna local, especialmente durante la época de cría. Es crucial que se tomen medidas para regular y controlar el uso de estos espacios naturales, garantizando su preservación para las generaciones futuras y permitiendo que tanto la naturaleza como las personas puedan disfrutar de estos lugares sin interferencias destructivas.
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