Soy un entusiasta del Parque Geológico de Aliaga. Desde su creación, a principios de los 90, he tenido la oportunidad de recorrerlo muchas veces aprendiendo primero y enseñando después cómo funciona nuestro planeta en un rincón espectacular y desconocido de Teruel.
Es un paraje único descubierto y puesto en valor por José Luis Simón, catedrático de Tectónica por la Universidad de Zaragoza. Y es también un laboratorio de la Tierra a cielo abierto. Y un ejercicio para la mente al interpretar los procesos y ordenarlos en el tiempo. Siempre el tiempo, esa variable tan difícil de comprender….
La Guía del Parque Geológico de Aliaga es una completa publicación que ayuda a reconocer los materiales geológicos, los fósiles, los estratos y las condiciones de formación, los pliegues y fallas acontecidos en la orogenia Alpina y las formas del relieve.
Siempre me ha llamado la atención cómo José Luis ha integrado la cultura popular. Especialmente, las denominaciones de los cerros y parajes, los topónimos. La Olla, La Porra, El Barbo y otros lugares que son el producto del modelado de las rocas por los agentes geológicos externos.
Hace unas semanas, recorriendo el alto Aguas Vivas entre los Baños de Segura y Huesa del Común, nos fijamos en las calizas que cierran el valle más allá del puente de la carretera que lleva a Maicas y a Cortes de Aragón. José Antonio, siempre observador y con esa tendencia natural de asociar lo nuevo a lo ya conocido me dijo:
- Mira. Una virgen con niño. Ya estará recogido en algún catálogo de Puntos de Interés Geológico.
Nos acercamos a comer frente a esos pináculos producidos que nos recordaban a esas esculturas románicas en las que el niño Jesús descansa sentado sobre las piernas de María.
Desconocemos si tienen alguna denominación especial estos peñascos entre los vecinos de la zona. Para nosotros sí la tiene.
1 comentario:
Esa montaña si que tiene una forma peculiar, es algo increible.
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