Natura xilocae

Journal of observation, study and conservation of Nature Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal de l'observation, l'étude et la conservation de la nature et des Terres de Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal der Beobachtung, Erforschung und Erhaltung der Natur und der Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Gazzetta di osservazione, lo studio e la conservazione della natura e Terre Jiloca Gallocanta (Aragona) / Jornal de observação, estudo e conservação da Natureza e Jiloca Terras Gallocanta (Aragão)

miércoles, 10 de diciembre de 2014

DE ÁRBOLES Y MEDIDAS AGROAMBIENTALES EN INGLATERRA: PARA APRENDER

Son conocidos las funciones ecológicas que ejercen los árboles trasmochos en los agrosistemas de los que forman parte.

Ofrecen hábitat a una compleja comunidad biológica. Cianobacterias, clorofíceas, diatomeas, musgos, plantas vasculares, líquenes, hongos, nemátodos, artrópodos, moluscos o vertebrados dependen, de forma directa o indirecta, de estos árboles que crecen en los linderos de los campos.

Es el caso de las aves forestales. Algunas tan vistosas como la oropéndola …

_ROD9628

Macho de oropéndola (Oriolus oriolus) y sunido en horquilla de chopo cabecero en Anento. Foto: Rodrigo

O el recién descubierto caso de reproducción del murciélago de bosque (Barbastella barbastellus), el primero para la provincia de Teruel, en las choperas de cabeceros del valle del Pancrudo …

DSC_5926

Adulto de murciélago de bosque capturado en red vertical en la rambla de Nueros

… demostrando la dependencia que presentan estos murciélagos forestales con los trasmochos, capaces de ofrecer multitud de grietas y huecos en su seno, que emplean como refugio o paridera. A veces son los únicos ambientes apropiados en muchos kilómetros a la redonda.

O los coleópteros que se alimentan de la madera muerta y en descomposición, algunos escasos y amenazados en estos territorios como Aegostoma scabricorne o Lucanus cervus

DSC_2208

Macho de ciervo volante sobre tronco de chopo cabecero en Calamocha

Un reciente estudio realizado por el equipo de entomólogos de la Universidad del Sur de Bohemia (República Checa) y que ha estado dirigido por el profesor Pavel Sebek ha demostrado la dependencia de los insectos saproxílicos amenazados con los huecos presentes en los sauces trasmochos en las campiñas centroeuropeas. De hecho, el título del artículo en el que se describen los resultados de su estudio es muy claro: “¿Es la gestión activa la clave de la conservación de la biodiversidad en saproxílicos? Promoción del desmoche en la formación de huecos en los árboles”. No se puede ser más claro.

DSC_2245

Sauces trasmochos en el valle del Sollavientos (Allepuz)

Podríamos seguir hablando sobre otras funciones ecológicas que desempeñan los árboles trasmochos en los ecosistemas agrarios. Crean ecotonos entre los ambientes abiertos de los cultivos y los forestales que conforman ellos mismos. Los setos arbolados y las propias riberas, en el caso de los chopos cabeceros y los sauces trasmochos, hacen de corredores ecológicos para los organismos que dependen de los ambientes boscosos. Mejoran la calidad de las aguas de los arroyos al tiempo que crean ecosistemas diversificados en el interior de los cauces. Crean microclimas de mayor humedad relativa y menores oscilaciones térmicas. Aportan materia orgánica al suelo al que retienen con su desarrollado sistema radicular. Nada nuevo.

I Fiesta del chopo c 037

Chopos cabeceros en Aguilar del Alfambra. Foto: Chusé Lois Hernando

También es conocido que los sauces, fresnos y chopos trasmochos dependen del mantenimiento de su gestión en el tiempo, es decir, de su  a turnos de su periódico desmoche. Así los árboles mantienen su capacidad de crecimiento, rebrote y vitalidad.

Y que la falta de rentabilidad y otras causas asociadas a la crisis en el medio rural han abocado al abandono de estos árboles estando seriamente comprometido su futuro y el de los ecosistemas agrarios de los que forman parte.

DSC_9150

Riera de Nueros (Valle del Pancrudo)

La Política Agraria Comunitaria, consciente de la importancia que supone la conservación de unas prácticas agrarias para la conservación de los ecosistemas, hace décadas que creó unas ayudas económicas para compensar la pérdida en renta agraria  que implican ciertas prácticas con efectos beneficiosos para la conservación de la vida silvestre. Son las conocidas como “medidas agroambientales” y son definidas por cada territorio. En España, por cada comunidad autónoma.

DSC_2450

Prados y setos arbolados en Allepuz (Maestrazgo)

Los chopos cabeceros, como los fresnos o los sabimbres trasmochos son realmente cultivos agrosilvopastorales mantenidos durante siglos en los ribazos y acequias de las tierras altas de la cordillera Ibérica. Es un ejemplo “de libro” de cultivo con efectos beneficiosos para el medio ambiente. Y tan nuestro.

Pensamos que esa evidencia sería fácilmente comprendida por la Administración. Pues no. Nunca han sido incluidos entre las medidas agroambientales desarrolladas por el Gobierno de Aragón. No deja de sorprendernos.

DSC_3982

Paisaje invernal en el valle del río Lanzuela (Comarca del Jiloca)

Hace unos años propusimos a los responsables de Agricultura que estudiaran la posibilidad de crear una medida agroambiental que incentivara económicamente el desmoche de los trasmochos entre los agricultores que los tienen entre sus campos. Podía ser un pago único por árbol que compensara el coste de los trabajos, que algunos campesinos ya mayores no se animan a acometer por su edad y por el coste que suponen. Nos dirigieron hacia el entonces Departamento de Medio Ambiente donde tampoco encontramos mucha receptividad.

Ahora ambos departamentos están integrados. En estos meses se están definiendo las medidas agroambientales que estarán en vigor durante los próximos años. Es el momento oportuno. Se ha expuesto ante responsables políticos la necesidad de crear una medida agroambiental específica para favorecer la conservación de los trasmochos en entornos agrícolas.

DSC_6248

Grupos de chopos cabeceros en los secanos cerealistas de Camarillas (Comunidad de Teruel)

Se ha insistido ante los sindicatos agrícolas para que incluyan estas ideas en sus mesas sectoriales ante la administración. Igualmente sin éxito. Tampoco muestran interés. Miran para otro lado.

Mucho nos tememos que los árboles trasmochos tampoco vayan a ser considerados entre las nuevas medidas agroambientales que estudia el Gobierno de Aragón. Puede haber razones económicas pues, al parecer, los recortes y el elevado coste que supone la compensación de daños de algunas especies no amenazadas que están vinculadas a espacios de gestión conflictiva, restan posibilidades a la hora de crear partidas económicas para el fomento de la escamonda de los chopos cabeceros. Pero nos cabe la duda de si no existen otras razones, como la dificultad técnica que encuentra la administración en gestionar estas ayudas o el tema de la propiedad del suelo donde crecen. Aspectos burocráticos, vamos.

DSC_9474

Fresno trasmochos con poda reciente en Hamsted Marshall (Inglaterra)

Sin embargo, esto no está ocurriendo en otras regiones de Europa. En concreto, en el vigente sistema de medidas agroambientales de Inglaterra el agricultor puede conseguir 25 libras esterlinas (32 euros) por año y árbol añoso que crezca en campos de cultivo o en praderas intensivas para compensar la pérdida de producción que supone la protección del área en la que se extienden las raíces. Por otro lado, el propietario del árbol puede recibir 43 libras (54,6 euros) para realizar podas a pequeña escala y 89 libras (113 euros) para trabajos de poda mayores, como el desmoche completo de un árbol.

Si estas medidas se aplicaran en Aragón mejoraría la situación de estos árboles añosos, en un momento en el que comienza a ser urgente no perder más tiempo en el turno de poda.

Y nos preguntamos …¿por qué lo que funciona en Inglaterra no puede funcionar en Aragón?

4 comentarios:

Jesus Lechon dijo...

Apadrina un Chopo.

Si de niño soñabas con escalar el más alto, si dibujaste un corazón y tus iniciales en uno, si te enamoraste bajo su sombra, si en la mili fue tu mejor amigo, si recuerdas las vigas del techo de la casa de los abuelos, si echas de menos su color al llegar el fin del verano, …

Y sobre todo si se te llevan los demonios cada vez que ves un árbol "de ciudad", podado como si fuera una figura geométrica, como sacado de una película de Disney.

Apadrina, bautiza, un chopo, no queda otra, antes de que vengan de la administración, a decirnos, que no cuidamos nada, que no sabemos lo que tenemos, que no se nos puede dejar solos, que todo lo abandonamos.

Recuerdos

Anónimo dijo...

A veces, alrededor de la encomiable divulgación y el movimiento generado alrededor de los chopos cabeceros y otros árboles trasmochos, me da la impresión como si se prefiriera o, al menos, no importara, que todos estos árboles de ribera fueran trasmochos en vez de "normales".
Quiero pensar que también apoyáis la existencia (e introducción si es preciso) en los ríos, ramblas y montes de ejemplares de árboles autóctonos que crezcan a su aire.

Veo bien que haya árboles trasmochos, especialmente en según qué circunstancias, pero los árboles de especies autóctonas, maduros y sin uso ni abuso por parte del ser humano me parecen imprescindibles para nuestro medio ambiente. Además de, por supuesto, poder darnos el placer de contemplarlos.

Por cierto, estaría bien poner en valor los azarollos (Sorbus domestica) de nuestras comarcas. No sólo en su función de frutal doméstico/silvestre, sino también paisajísticamente y como especie forestal de poca densidad.

Saludos

Chabier dijo...

No lo podemos negar. Nos gustan los árboles trasmochos. Nos gusta imaginar los árboles en los que se han subido nuestros mayores. Los árboles que nos han dado las vigas de las casas de nuestras abuelas, los que han proporcionado -aún hoy- la leña que nos calienta en estufas y glorias. Son los árboles en los que viven especies raras de escarabajos, los murciélagos amenazados, los pájaros carpinteros ... los árboles en los que cría el águila calzada en medio de la paramera. Nos emociona verlos. Son árboles plantados por nuestros bisabuelos. Nos merecen un respeto.
Nos gustan los árboles jóvenes que crecen en las riberas. Y los que nacen discretamente en los montes. Los venimos plantado desde hace años. Nos emociona ver crecer un joven rebollo en mitad de un pinar, una pequeña carrasca en el borde del carrascal. Pero sabemos que tardarán décadas hasta llegar a formar huecos, hasta acumular madera muerta, hasta resultar de interés para la mayor parte de la vida silvestre. Son importantes para el futuro, pero les falta tiempo. No tienen nada que ver con los árboles viejos. Es como comparar un chalet adosado con una vieja ermita. Les falta la pátina que da el tiempo. Esa interrelación con el medio y el paisaje.
Cuesta mucho para que un árbol llegue a viejo. Es muy difícil. Hay mil contratiempos, mil posibilidades de que no lo consiga. Un árbol viejo es el resultado de las mil y una pruebas a que somete la naturaleza a los seres vivos. Pocos llegan a viejos. Y muchos cabeceros son árboles centenarios. Por eso nos infunden admiración. Son los héroes que han llegado hasta nuestros días.
Son árboles olvidados. Pero valiosos en lo paisajístico, en lo ecológico y en lo cultural. Por eso hemos puesto el acento en ellos.
Nos gustan todos los árboles. Los azarollos nos encantan, no te lo imaginas. En algunas semanas de otoño no hay un amarillo igual de hermoso.
Pero los árboles viejos, los que han soportado mil inclemencias y penalidades, y más aún, los que reúnen valores culturales, todavía nos interesan más.
Es una debilidad.

Jesus Lechon dijo...

Recuerdos,

http://www.elperiodicomediterraneo.com/noticias/comarcas/olivos-milenarios-ue_910187.html