El día 28 de noviembre, después de comer y junto a mi perro, me dispuse a salir a pasear por los alrededores de mi pueblo que es Fuentes Claras. Tras 15 minutos
de paseo, y al haber llegado a El Cubo, llevo a mi perro al manantial para que bebiera agua. Justo cuando iba a adentrarme por el estrecho
pasillo para que pudiese beber agua, me encontré un ciervo volante que estaba quieto. No se movía, parecía que estaba muerto. Cuando volví después de que mi perro
bebiese agua, este invertebrado había avanzado unos pocos metros hacia el otro
lado del camino.
En la asignatura de Biología y Geología de mi instituto estamos realizando unos
trabajos en los que cada mes tenemos que entregar a nuestro profesor Rodrigo Pérez una ficha con el dibujo de un invertebrado que hayamos podido ver,
su nombre, el lugar en el que lo vimos, la fecha y su comportamiento. Decidí
tomar una fotografía para así poder dibujarlo mejor en casa.
Como se
puede ver en la siguiente fotografía, el ejemplar de ciervo volante es
un macho. No ha sido marcado, ya que en el instituto se está
realizando un trabajo de observación de esta misma especie, en la que se toman datos de los ciervos volantes vistos durante su
periodo de actividad y que en algunos de ellos se realiza una marca con un rotulador.
Cuando
entregué la ficha de este invertebrado, mi profesor me dijo que la observación que había hecho era muy rara ya que es muy difícil ver un ciervo volante a finales
de noviembre. El periodo de actividad en el valle del Jiloca comienza en mayo y termina en julio. Y me animó a escribir este artículo.
Gracias a esto estoy compartiendo esta anécdota que me sucedió
solamente por ir a pasear al perro.
En mi
opinión, creo que pude visualizar a este invertebrado gracias a que la
temperatura de este otoño e invierno ha sido más elevada de lo normal. Otra hipótesis
también podría ser que su periodo de actividad se está retrasando debido a los
cambios que se están produciendo en este momento en nuestro planeta.
Preguntamos a un especialista en esta especie de escarabajo y nos comentó que observar un ciervo volante casi en diciembre es algo raro pero que puede ocurrir pues en sus poblaciones siempre hay algún ejemplar que tiene comportamientos anormales.
Esta observación también es interesante pues casi no se tenían datos de la especie en Fuentes Claras. Se amplía el área de distribución en el Jiloca hacia el sur.
Miguel Bruna 3º E.S.O. (texto, dibujo y foto)
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