Termina Septiembre. Van cayendo por goteo las azarollas. Este año son menudas. Pero sabrosas. Con ese sabor dulce y delicado. Un sabor que desconocen ya varias generaciones de niños por haber desaparecido de los fruteros de las casas. Por la irrupción del lácteo y del pastelito en el postre. Por el abandono del viejo azarollo que aguanta en el bancal perdido una vez se fue el abuelo.
Hastiados por la fruta de producción intensiva y forazada, habrá que recuperar los sabores y olores de las frutas que enveran como deben. En su sitio. En su momento. Ya están llegando esos tiempos.
3 comentarios:
Maravilloso sabor el de las azarollas!Creo que son astringentes...
Me recuerda a una entrada que hice en mi blog hace ya varios otoños en la que relacionaba los frutos del otoño (castañas, moras, azerollas) con la filosofía. El monte es un buen lugar para meditar:
http://www.elnidodeaguilasdelmoncayo.com/2010/09/frutos-del-otono-y-filosofia.html
Este fin de semana estuve en el Pinsapar de Orcajo, había varios serbales pero sin acerollas. La mayoría de las carrascas no han desarrollado bellotas y las que tienen, su tamaño es ridículo. El estrés hídrico es notable. A ver si cambia la dinámica atmosférica pronto.
En esas estamos, Ramiro. Todos mirando al cielo. Seteros, ganaderos, agricultores ... en los pueblos, casi todo el mundo. A ver si entra algún buen temporal. Un saludo.
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