Natura xilocae

Journal of observation, study and conservation of Nature Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal de l'observation, l'étude et la conservation de la nature et des Terres de Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal der Beobachtung, Erforschung und Erhaltung der Natur und der Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Gazzetta di osservazione, lo studio e la conservazione della natura e Terre Jiloca Gallocanta (Aragona) / Jornal de observação, estudo e conservação da Natureza e Jiloca Terras Gallocanta (Aragão)

viernes, 30 de abril de 2010

POR LAS LAGUNAS DE GUIALGUERRERO Y DE LA ZAIDA (CURSO DE ORNITOLOGÍA PRÁCTICA DE LA U.V.T.)

El pasado sábado, tras la comida en Used y la visita de su preciosa nevera, nos dirigimos a la laguna de Guialguerrero con la intención de abordar el estudio de la avifauna de un humedal de pequeñas dimensiones, el contrapunto a la jornada matutina por la enorme laguna de Gallocanta.

La laguna de Guialguerrero tiene una extensión de 6 Has., tres metros de profundidad y una alimentación subterránea muy regular que le permite ofrecer hábitat a las aves acuáticas incluso en periodos de sequía, si bien entonces acusa el descenso de nivel.

Era una tarde fresca que amenazaba lluvia, como después ocurrió. Nos juntamos todo el grupo de alumnos, profesores y guías, además de algunos amigos que se sumaron a la actividad.

guialguerrero1

Nada más llegar, levantó el vuelo un bando de 73 grullas comunes que descansaban en los campos de su entorno. Mientras permanecimos en Guialguerrero estuvieron sobrevolando este paraje, tal vez esperando retornar tras nuestra marcha. Ofrecieron una buena oportunidad para su censo, entre la multitud de ojos dispuestos para ello.

Llamaba la atención el gran bando de golondrina común que sobrevolaba sin cesar la lámina de agua buscando alimento en momentos de inestabilidad atmosférica. Entre ellas se distinguía un avión zapador, ave presente en los pasos aunque no nidificante en la zona.

FOCHA COMUN

Focha común con su cría: Foto: Rodrigo Pérez

Sobre la laguna y muy repartidos había 9 somormujos lavancos, con ejemplares desplegando su comportamiento de cortejo. También muy dispersas estaban 20 fochas comunes, un zampullín común, 2 ánades azulones y 2 cucharas, casi todos machos lo que sugiere que puedan estar con nidos en plena incubación.

CORMORAN GRANDE

En los márgenes vimos un aguilucho lagunero, un cormorán grande y dos garzas reales, además de 7 lavanderas boyeras.

En estas fechas, aún se observan algunos de los últimos invernantes, aves en paso, residentes y estivales recién instalados.

Desde allí, nos acercamos a la Laguna de la Zaida. Este singular humedal sigue un régimen de inundación regulado desde hace siglos por los vecinos de Used mediante la construcción de una presa que desvía hacia la laguna de Gallocanta de los arroyos que proceden de la sierra de Santa Cruz. Este año la presa (“La Parada”, como así se llama) estaba echada y correspondía su puesta en cultivo. Así, la planicie de 200 Has. era todo un sembrado de cereal, con sus hojas altivas pero aún sin encañar por el retraso de esta fresca primavera.

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En esta llanura cerealista pudimos reconocer a la calandria común, la collalba gris, la alondra común, el triguero, la tarabilla común, el aguilucho cenizo, la lavandera boyera, el gorrión chillón, la corneja negra y la golondrina común.

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Lavandera boyera macho. Foto: Rodrigo Pérez

Sin embargo, en las aguas retenidas en la presa de La Parada había una activa comunidad de aves acuáticas de la que solo pudimos percibir una parte ya que la perspectiva era muy incompleta y la llegada de un aguacero nos obligó a retirarnos.

Pudimos observar archibebe común y claro, correlimos común, cigüeñuela, avefrías, pagaza piconegra, tarros blancos, azulones, cucharas, focha común, garza real, lavandera boyera y grandes bandos de golondrina común.

sábado, 24 de abril de 2010

UNA MAÑANA RECORRIENDO LA LAGUNA DE GALLOCANTA (CURSO DE ORNITOLOGÍA DE LA U.V.T.)

El pasado sábado 17 de abril tuvo lugar la primera jornada de campo del 1º Curso de Ornitología Práctica que organiza y patrocina ADRI Jiloca-Gallocanta y la Fundación Universitaria Antonio Gargallo dentro de la XXVI edición de la Universidad de Verano de Teruel y que tiene por sede las localidades de Gallocanta y Tornos.

En las salidas al campo los profesores proporcionan técnicas de identificación de visu y de voz, métodos de censo, pautas migratorias, uso del territorio, rasgos del comportamiento, manejo de guías y otras destrezas para mejorar en el conocimiento de la biología de las aves, de su estatus y para favorecer su conservación.

Pero, además, es la ocasión de observar numerosas especies en estos días en que concurren los últimos ejemplares invernantes, las especies en paso migratorio y aquellas que han llegado para nidificar, que se añaden a las residentes.

Alumnos, profesores y guías nos repartimos en tres vehículos para evitar las concentraciones y facilitar la observación y el aprendizaje.

De mañana la sierra de Santa Cruz estaba completamente oculta por las nubes bajas. Como bien apuntó José Miguel Pueyo:

Cuando se toca Peñaltilla, mal día para la trilla

Significa que cuando se cubre de nubes, el monte de Peñalta (o Valdelacas, de 1391 m.) no va a ser un día soleado. Y así fue.

Kees Woutersen, seis alumnos y yo nos dirigimos hacia la loma de la ermita de la Virgen del Buen Acuerdo.

Junto al edificio pudimos ver colirrojo tizón entrando al templo, lavandera blanca, varios grupos de gorriones chillones y algún gorrión molinero. En los montones de piedras chirriaba un triguero y otros muchos le respondían marcando su territorio; mientras tanto una pareja de collalba gris merodeada un muro de piedra seca que hacía de lindero entre dos campos.

Las piezas estaban sembradas de cebada y, sobre todo, de pipirigallo, aunque también había algún rastrojo y barbecho. Las alondras comunes cantaban en lo alto del cielo y costaban de encontrar y los pequeños grupos pardillos comunes se movían de un sitio a otro. Un macho de aguilucho lagunero sobrevolaba rasante los eriales, al igual que otro macho de aguilucho pálido, posiblemente un invernante rezagado. De repente, un macho de avutarda cruzó frente a nosotros dirigiéndose decidido hacia los lejanos campos de Gallocanta.

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Macho de avutarda. Foto: Rodrigo Pérez

Cuando nos aproximamos al observatorio del Lagunazo de Gallocanta comenzó a llover. Bandos de gaviotas reidoras revoloteaban vocingleras sobre los prados y grupos de tarros canelos iban de aquí para allá. En las playas pudimos reconocer varios archibebes comunes, chorlitejos grandes, alguna avefría y un corregimos común. Dentro del agua, había una cincuentena de ánades azulones, dos parejas de ánades frisos y media docena de patos cuchara. Docenas de golondrinas comunes migrantes revoloteaban la lámina de agua.

Volvimos hacia Gallocanta y pudimos comprobar la acequia de La Cañada aún estaba seca, indicador que por el Campo de Used ha llovido, pero de forma moderada ya que este año está echada la Para de La Zaida y el agua procedente de la sierra se dirige hacia la laguna de Gallocanta.

En el observatorio de Los Aguanares, mientras seguía el chubasco, vimos sobrevolar un águila calzada y una garceta común. En los prados salinos descansaba alguna avefría y, más a lo lejos, varias parejas de azulones entraban y salían de las junqueras donde deben estar en plena cría.

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Preja de azulones: Foto: Rodrigo Pérez

Nos dirigimos hacia la fuente de El Cañizar (Tornos) donde se nos cruzaron varias calandrias comunes, algunas alondras comunes, varias parejas de chova piquirroja y algún triguero en los sembrados de cebada. Los chopos estaban recién escamondados, tarea necesaria para renovar un ramaje senescente y hacerlos cabeceros.

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Gaviota reidora. Foto: Rodrigo Pérez

Desde el observatorio dispusimos de una magnífica perspectivas de las aves presentes en los Lagunazos de Tornos y del paraje de El Poyo. Cigüeñuelas y avocetas recorrían pausadas las orillas del humedal. En el agua docenas de patos cuchara y de ánades azulones, además de algunos rabudos, cercetas carretonas, ánades frisos, fochas comunes y tarros blancos. Más gaviotas reidoras. A lo lejos, un par de cigüeñas blancas. En los prados correteaban un nutrido bando de estorninos negros mientras picoteaban en el cieno; sobre las cañas, con su plumaje exultante, los machos de lavandera boyera ofrecían su intenso amarillo.

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Pareja de avocetas. Foto: Rodrigo Pérez

Cruzando la Acequia Madre, ésta sí con un notable caudal, nos dirigimos hacia el centro de interpretación de Bello. Tras diversas actividades de refuerzo en la identificación acústica de las aves nos subimos al nuevo mirador cubierto, lo que nos protegió de la lluvia venteada y nos permitió introducirnos en la metodología para estudiar la distribución de las aves en el territorio y los programas (Invernantes, SACRE, etc.) que están en marcha. Desde allí, entre tanto, pudimos ver cómo ocho ejemplares de avutarda observando descansando los pavoneos de un macho solitario sobre un campo próximo. Cerca del agua, un grupo de 31 pagazas piconegras revoloteaban sobre el charco próximo, cerca de varias parejas de avefrías y un macho de aguilucho lagunero.

Tras pasar por Bello, cruzamos la Rambla de los Pozuelos, que drena los montes de El Pedregal y de Odón dirigiendo sus aguas hacia la laguna de Gallocanta.

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Rambla de Los Pozuelos (Bello)

En el vástago de un aspersor de un campo de La Pardina descansaba aquerenciada una hembra de cernícalo vulgar. Poco después un bando con una treintena de chorlitos carambolos en vuelo decidido hacia el sur nos sorprendió con un fulgurante y vertical descenso hacia una labor. Estas aves, recalan unos días en estas tierras para tomar un respiro en su vuelo hacia las tundras del norte de Suecia y de Rusia.

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Chorlitos carambolos. Foto: Ricardo Rodríguez

Las cebadas mostraban su retraso y los guisantes comenzaban a germinar.

En el observatorio de La Reguera nos sorprendió cómo se aproximaban a la vegetación de la orilla unos ochenta patos cuchara; también había otras anátidas aunque menos numerosos, como el ánade friso o la cerceta común. Como en otros parajes, buenos bandos de golondrinas revoloteaban la laguna cazando quién sabe que pequeños insectos voladores.

Camino del cruce de la gasolinera, aún vimos un gavilán, untar de cuervos y otro de corneja negra.

En total, 37 especies observadas en una mañana gris y lluviosa entre explicaciones, preguntas y otros aprendizajes. No está nada mal.

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Macho de sisón. Foto: Rodrigo Pérez

Si a ello, añadimos, el sisón que observamos el domingo por la tarde, podemos darnos una idea parcial de la avifauna que tiene estos días la laguna de Gallocanta y su entorno estepario.

jueves, 22 de abril de 2010

NOCHE DE ANFIBIOS EN TORNOS

La cuenca endorreica de Gallocanta y el valle del Jiloca están separados por la sierra de Santa Cruz, conjunto de montañas que penetran desde más allá de Used y que terminan en la sierra de El Poyo (Valdellosa).

Para llegar de Calamocha a Tornos hay que superar estas montañas a través de un puerto que aprovecha la zona de menor relieve, entre la cabecera de la Rambla de la Cirugeda y la amplia llanura donde se asienta el Pinar de Tornos, bien conocido por todos los rebolloneros de la redolada.

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Más allá del Pinar, hacia la laguna, se extiende una planicie dedicada al cultivo de cereal y que corresponde a antiguos rebollares roturados hace unas décadas. Entre los campos hay algunas pequeñas charcas, obtenidas tras la extracción de gravas o para el uso ganadero. Entre ellas, campos de cebada y parcelas en barbecho, están salpicados por pequeños pastizales y grupos de rebollos.

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Tras semanas de temporal de lluvias, los campos están saturados y el agua se encauza hacia la Acequia Madre (y hacia la Laguna) por los caños abiertos que hacen de drenaje. Las charcas están casi colmadas. Incluso los prados quedan inundados en aquellas pequeñas depresiones que forman en su superficie.

El viernes pasado, tras un chubasco de atardecer, nos acercamos un grupo de alumnos del Curso de Ornitología Práctica de Gallocanta y las tierras del Jiloca (XXVI edición de la UVT) y que patrocina ADRI (entre otras entidades) de la mano de José Miguel Pueyo y Antonio Torrijo a disfrutar con la observación de los anfibios que viven en estas balsas.

Al poco de salir de coche, nos sorprendió un sordo coro de voces. Eran machos de sapo corredor, anfibio de piel de color marrón claro con una línea amarillenta en el dorso. En estas noches de abril, numerosos machos se instalan en las charcas a las que acuden las hembras para aparearse. Los primeros, muy abundantes, cantan formando un saco vocal bajo la garganta.

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Sapo corredor (Bufo calamita). Foto: Rodrigo Pérez

Pudimos ver machos solitarios cantando en los charcos de la cuneta o en las pequeñas charcas de los prados cantando sin cesar. En algunas mayores, vimos varias parejas acopladas, con los machos de un tamaño algo menor que las hembras. Entre las aguas, también se encontraban largos cordones gelatinosos con pequeños y esféricos huevos negros procedentes de anteriores puestas.

En una charca próxima se oyó una voz rápida y diferente.

- Krak, krak, krak …

Era la ranita de San Antonio. Mucho más huidizo, este pequeño anuro no pudo ser localizado a pesar de su búsqueda aunque contestó a la imitación que le hicimos.

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Ranita de San Antonio (Hyla arborea). Foto: Rodrigo Pérez

Buscando a la citada ranita, alguien encontró una enorme rana común que, al dejarla en la charca, se escabulló en un instante.

Pista adelante alcanzamos una gravera en cuyo fondo se ha formado otra balsa. Además de los ya habituales sapos corredores, se pudieron observar varios ejemplares de sapo de espuelas, con su característica pieza córnea en las patas traseras, su piel verde variegada y sus pupilas verticales. Este sapo gusta mucho de enterrarse en suelos arenosos para soportar la sequedad ambiental, lo que consigue con las piezas duras de sus extremidades. Estos suelos sueltos del monte de Tornos le resultan muy favorables.

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Sapo de espuelas (Pelobates cultripes). Foto: Carlos Bernal

Avanzaba la noche cuando comenzó a llover de forma suave. Estas noches frescas de primavera son ocasiones magníficas para tomar el pulso a la vida de estos campos y montes.

Chabier de Jaime

miércoles, 21 de abril de 2010

ÁNDATE CON NOSOTROS EN TORRALBA DE LOS FRAILES

El próximo 22 de mayo, tendrá lugar en Torralba de los Frailes una jornada cultural y recreativa organizada por la recién constituida Asociación “El Chismarrako”.

La jornada consta de una fácil excursión matutina, sobre la que daré detalles más abajo, una comida en el pabellón del pueblo y una tarde con actividades en la que podremos jugar a los bolos, bolinches, petanca, frontón, etc.

 Campos de cereal en Torralba de Los Frailes

La excursión apenas presenta dificultad, es un recorrido lineal de unos 8 km. con un desnivel de 150 m. desde Torralba hasta las Hoces del Río Piedra. Se prevé salir desde el pabellón sobre las 9:45 h y regresar al pueblo sobre las 14:00 h. A lo largo del trayecto se realizarán numerosas paradas para explicar aspectos de la vegetación, la geología y el entorno, para lo que contaremos con dos amigos botánicos de la Universidad de Valencia conocedores del Sistema Ibérico.

Hiedra en las hoces

Con esta actividad queremos ayudar a los asistentes a interpretar el entorno a través del conocimiento de sus elementos: pliegues, meandros, fósiles, restos arqueológicos, plantas singulares… y con ello disfrutar de la naturaleza y de un día agradable.

Hoces del Río Piedra

El programa de la jornada y el modo de inscripción se detalla en el siguiente enlace.

 PROGRAMA DE LA ACTIVIDAD

Para cualquier consulta también puedes contactar con nosotros en: chismarrako@gmail.com

martes, 20 de abril de 2010

PRIMAVERA EN PEÑALTA

El pasado dos de abril durante Semana Santa aprovechamos para subir el pico de Peñalta que se encuentra justo detrás del pueblo de Gallocanta.

En este caso subimos el monte por el Norte, por el lado opuesto a Gallocanta. Aprovechado históricamente para uso ganadero y obtener leña, el abandono de los usos tradicionales está llevando a una regeneración natural del bosque.

No conocíamos ningún camino de acceso así que decidimos subir campo a través. Es interesante comprobar durante la subidica la evolución de la vegetación.

En el fondo del valle nos encontramos con el monte más degradado de carrasca y jara. Al poco de subir veremos el rebollo (Quercus faginea) mezclado con jara, brezo, y en algunos casos "gayubera". En la última parte de la subida nos encontraremos con el "marojo"(Quercus pynenaica). Es fácil distinguir los dos últimos incluso en el comienzo de la primavera cuando aún no tienen hojas, ya que podemos ver las hojas secas del marojo en el suelo, típica hoja de roble lobulada. Además los troncos de marojo suelen ser más rectos y alargados que el rebollo.

Atención: aunque la subida es relativamente fácil, en muchas zonas el monte está "sucio", como dicen en los medios de comunicación, y hay que subir evitando jaras, ramas de rebollo... etc. Por favor que no lo "limpien".

Dos impresiones: en algunos tramos vemos que la jara ya está seca dejando paso al Quercus. Buena señal de recuperación del monte.

Sorprende la resistencia de estos Quercus ya que crecen literalmente encima de las piedras que vas notando cuando vas subiendo.

Justo antes de llegar a la cima y en algunos salientes rocosos empezamos a ver lo que hemos venido a ver por primera vez.

Cuando comienza la primavera y todavía el paisaje está seco, los narcisos o "azucenas" marcan el inicio de la primavera.
 
Se trata del Narcissus eugeniaes, especie catalogada como rara (según el atlas de flora de Aragón). Y muy chula por cierto. Pensaba que sería menos abundante, pero hay bastantes ejemplares.
 
Recordemos que hay que respetarla por su rareza.
 
En una majada observo otro narciso más pequeño y poco abundante, que podría ser el Narcissus Pallidulus (según el atlas de flora)


Desde las cima puede verse la diferencia entre la umbría, por donde hemos subido, y la solana donde predomina el carrascal en casi toda su extensión.

 
Peñalta es el segundo monte más alto de la comarca de Daroca a unos 1.400 metros y un sitio excepcional para observar el paisaje. El mejor para ver la laguna de Gallocanta. Y si tienes suerte verás planear a los buitres pasando a tu lado. La próxima vez tendré que localizar la "azucena" muy rara que parece que también se encuentra en estos montes.
 
Por último agradecer a Natura Xilocae la oportunidad de participar en este blog.
 
Enlaces:

domingo, 18 de abril de 2010

INCENDIO EN INVIERNO

El pasado 17 de marzo saltaba la alarma. Un incendio forestal en Sos del Rey Católico devoraba el monte como en pleno verano.

Que un incendio arrase una amplia superficie de monte durante el estío es algo que, queramos o no, siempre puede suceder. Una tormenta, un cigarrillo, una cosechadora, un accidente de tráfico… son múltiples los factores que lo pueden desencadenar. Además, el campo agostado es auténtica pólvora y la alta temperatura y los bajos índices de humedad hacen el resto.

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Estado actual del monte natural de pino carrasco tras el paso del incendio que afectó el verano pasado a Valmadrid.

Ahora bien, que se quemen casi 1.000 ha cuando aun no hemos dejado el invierno y se supone que no es una época de máximo riesgo, máxime con la época de lluvias que hemos pasado, es realmente preocupante.

No se sabe todavía con seguridad qué pudo producir el incendio. Se hablaba de quemas agrícolas, pero luego se desmintió.

Sin saber aun qué pudo causar este incendio, hoy vamos a hablar de las quemas agrícolas. Los incendios producidos por quemas agrícolas se vienen produciendo cada vez más a menudo, pese al esfuerzo de administraciones en controlarlas mediante permisos.

Las quemas agrícolas son una actividad muy extendida en las tierras bajas. La quema de ribazos y rastrojos es una labor que realizan muchos agricultores, pero que, sin duda, entraña múltiples perjuicios y en muchos casos un gran riesgo.

Los ribazos son pequeños sistemas vivos entre las grandes extensiones de cultivo que albergan fauna de pequeño tamaño. Roedores, reptiles e insectos encuentran en ellos refugio y alimento. Lo mismo ocurre con las especies vegetales que en ellos se establecen y con la fauna cinegética que tanto echan en falta los cazadores (perdices, conejos, liebres…).

¿Para qué se queman en invierno? La vegetación herbácea que en ellos crece está completamente arrasada por los fríos, la hierba es de escasa talla y sin embargo se elimina mediante quema. Además, en muchos casos crecen árboles y arbustos a los que el fuego también les afecta.

Creo que el por qué de las quemas podría encontrarse en lo más profundo de la sociología rural. Podría tratarse de una manía y una forma de dejar ver que la propiedad está cuidada.

En ribazos situados entre acequias y campos de regadío la situación no es mucho mejor. La quema de los mismos los deja completamente desprotegidos frente a la erosión de la lluvia y del paso del agua (en el caso de acequias). Esto con el tiempo lleva a que los cajeros se vayan desmoronando y haya que limpiar las acequias sacando todo el material desprendido con retroexcavadoras, con el sobrecoste que ello conlleva.

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Arbolado dañado por quema de ribazos.

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Quema de ribazos y acequias en el entorno de los Ojos de Caminreal. La vegetación vuelve a colonizar rápidamente toda la superficie pero la pérdida de suelo es muy importante. Los cajeros se aterran al desmoronarse el borde de las acequias.

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Restos de conchas de caracol calcinados gratuitamente por el fuego.

Resumiendo, ¿qué beneficios aporta este tipo de prácticas?

Según Heraldo de Aragón, a lo largo del miércoles 17 de marzo se declararon en toda la Comunidad 23 pequeños incendios que fueron sofocados antes de que pudieran propagarse. Según el director general Alberto Contreras, "casi todos" esos conatos se debieron a "negligencias" en las quemas agrícolas, por lo que el Departamento de Medio Ambiente va a ponerse en contacto de nuevo con ayuntamientos y organizaciones agrarias para pedir que se extremen las precauciones y volver a dar instrucciones "para que no se repitan algunos errores". "El agricultor debería medir la velocidad del viento, porque si hay viento no se puede quemar -puso como ejemplo-. También está prohibido quemar a las siete de la tarde, así que el problema son los incumplimientos de esas autorizaciones", insistió.

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Daños en los bosques. Causalidad de los incendios forestales. Fuente: IAEST

Si la Administración no es capaz de garantizar la seguridad de estas quemas, tal y como viene manifestándose a lo largo del tiempo, las quemas agrícolas deberían prohibirse completamente. Es la única medida que aseguraría la hectárea quemada 0.

Podemos apelar a la confianza y al buen hacer de nuestros agricultores. Confiar en que se cumplan las normas vigentes. Pero, ¿y si eso no es suficiente, tal y como se viene demostrando?

Con las quemas agrícolas se gana muy poco y se puede perder mucho.

viernes, 16 de abril de 2010

MAL AÑO PARA EL ENDRINO

El endrino o arañón (Prunus spinosa) es un arbusto caducifolio, muy ramificado y espinoso de hasta 4 metros de altura. Es una especie del orden rosales y familia Rosaceae (como los manzanos, almendros y ciruelos, por ejemplo, o la zarzamora o mora silvestre).

Imagen 071Endrino en flor, 26 de abril de 2008

Hace un par de primaveras vimos como en plena floración unos escarabajos se comían sus flores. Además, las heladas pueden dañarlas igual que dañan al resto de rosáceas de floración temprana (en nuestra comarca almendros, manzanos y cerezos, estos últimos más tardíos).

Imagen 064Durante la floración del endrino la actividad en torno a los mismos es frenética. Multitud de insectos se alimentan del polen, como es el caso de esta abeja (con sus patillas de atrás completamente impregnadas).

Imagen 058Oxythyrea funesta es una especie de coleóptero polífago de la familia Scarabaeidae, subfamilia Cetoniinae. Es uno de los coleópteros florícolas más frecuentes en la Península Ibérica, se alimenta de multitud de flores. La floración era espectacular pero el endrinal estaba completamente plagado de esta especie alimentándose.

Imagen 075

El año pasado las heladas tardías debieron dañar la flor del endrino en uno de los endrinales mejor conservados de la comarca, que descubrí en 2008 gracias a su espectacular floración.

La cosecha de endrinas de octubre de 2009 fue escasa y eran de pequeño tamaño. Además, unos pequeños gusanos (larvas) de los que el año anterior no había ni rastro perforaban el fruto de muchas de ellas y entraban en el hueso, haciendo inviable la semilla (como más tarde hemos comprobado, mientras iban saliendo de su escondite).

Con este panorama este año hice 3 litros y medio de pacharán casero (el año pasado salieron al menos 7) y el resto de semillas que quedaron las metí en la nevera para estratificarlas y acelerar el letargo invernal.

IMG_4132 Pacharán cosecha 2009

El año pasado casi todas las semillas (aproximadamente un 90%)germinaron tras 4 meses en el frigorífico. Este año tan sólo una ha germinado. El resto de semillas eran inviables.

fot 358 Semillas tras 4 meses en el frigorífico. Tan solo una ha germinado

¿Qué porcentaje de descendencia viable habrá tenido el endrino este año? El de mi nevera, de momento, 1 endrina de 62 posibles, es decir, tan sólo un 1,61%.

fot 358 detalle Detalle de luna de las larvas de hueso de la endrina

Hay que decir que estas endrinas que quedan fuera del pacharán son las que se deshacen o se ven con mal aspecto, pero el año pasado el criterio de criba era exactamente el mismo y sin embargo germinaron casi todas.

fot 364 Detalle plántula de endrino una semana después de la colocación de la semilla germinada en una pequeña maceta.

De todo esto podemos sacar varias conclusiones pero quizá la más evidente es la dificultad de propagación de muchas especies (asentadas o no en el territorio) de manera natural y la importancia de facilitar su asentamiento (en este caso el del endrino, pero en general el de muchos arbustos poco valorados en el monte) como base alimenticia de numerosas especies, además de asegurar su propia persistencia en los ecosistemas.

domingo, 11 de abril de 2010

TROBADA DE CARBONEROS EN CERVERUELA

La vegetación potencial de la mayor parte de las comarcas del Jiloca y de Campo de Daroca corresponde al carrascal. El clima seco y las temperaturas favorecen a este árbol que en su momento se extendería por valles y montes formando un contínuo, solo interrumpido por los rebollares y marojales en las umbrías o zonas más frescas y por los sabinares albares en aquellas con peores suelos.

Pero, ¿qué queda de aquellos carrascales densos y frondosos? Casi todos fueron roturados para conseguir tierra de labor: los actuales campos de nuestros pueblos. Pero, en cada término, se casi siempre se reservó una porción de monte con carrascal para proporcionar leña para sus vecinos.

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En algunos términos, sobre todo en aquellos situados en las sierras con montes de cuarcitas o pizarras, las escasa aptitud agrícola de los suelos destinaba los montes a su uso como pastizales y, en ocasiones, a carrascales para producir carbón vegetal.

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Este es el caso de las sierras de Herrera y de las de Cucalón.

Los leñadores cortaban los palos de carrasca, casi siempre rebrotes nacido de la cepa –rechitos- y, tras amontonarlos y cubrirlos con tierra, los carbonizaban en una combustión incompleta en un proceso tan delicado como peligroso.

El próximo fin de semana la Asociación Cultural “La Chaminera de Humea” celebra un homenaje a los carboneros que hasta hace unas décadas aprovechaban los carrascales de la sierra de El Peco. Será un encuentro al que acudirán carboneros de otras tierras y una fiesta con multitud de actividades para las personas amantes de los pueblos y de la vida rural. Exposiciones fotográficas, mercadillo de productos tradicionales, juegos infantiles, corridas de pollos, comidas populares, danzes aragoneses y un estupendo concierto con grupos como GEN (hardcore global), CHINA-CHINA (rumba maña) y …. LA RONDA DE BOLTAÑA (ahí es nada!).

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Para conocer más sobre esta actividad forestal tradicional se ha publicado el libro “Retizones. Vivencias, reflexiones y cultura en torno al carbón vegetal” que será presentado en estas jornadas. La etnobotánica comarcal da un nuevo paso....

Nuestra enhorabuena a las inquietas gentes de Cerveruela por su esfuerzo en pro de la recuperación de la cultura tradicional de estas sierras.

Si se desea más información sobre el programa, alojamientos y otros temas pulsar aquí. Solo nos queda animaros a participar en una actividad diferente. Pegada a la Tierra.

viernes, 9 de abril de 2010

SEMANA SANTA EN EL JILOCA

Estos días he estado por Calamocha y sus alrededores y he podido contemplar los signos que nos indican que la primavera avanza de una manera clara. Agua por todos lados, campos de cereal bien verdes, plantas floridas... Gracias a Fer, uno de los colaboradores del blog, puedo compartir con vosotros unas cuantas fotos que he hecho estos días para mostrar la belleza del paisaje durante estas semanas.
 
Os dejo con algunas de ellas:

Los campos adquieren tonalidades multicolor
 
Las cebadas ya colorean el paisaje de verde
 
Los almendros embellecen la comarca
 
El parque estos días estaba precioso
 
El Jiloca y sus afluentes bajan bien llenos...
El cielo desde diferentes planos...
 

 

Sale la luna...

... y se va el sol
Y una panorámica de Calamocha de despedida...
 
La verdad que han sido unos días muy buenos en compañía de un tiempo no excesivamente frío para estar a finales de Marzo. Hasta pronto!!!