Después de día y medio intentando la captura de un macho de sisón todavía no hemos podido conseguirlo. Esta tarde tendremos nuestra última oportunidad. Todos tenemos la esperanza de que por fin todo funcione bien, la suerte nos acompañe y el primer sisón marcado con emisor satélite en Aragón, en una de las poblaciones situadas a mayor altitud de la Península Ibérica, vuele libre desvelándonos algunos de los numerosos interrogantes que todavía mantienen estas discretas, interesantes y valiosas aves.
Son las 16:30. De camino al lugar donde hemos dejado preparada y desactivada la trampa, levanta de un labrado un bando de unas 80 chovas piquirrojas y, casi al llegar, una pareja de águilas reales nos sobrevuela, mientras nosotros, con los vehículos detenidos, nos deleitamos observando su majestuoso vuelo. Todos sonreímos un instante cuando alguien comenta que quizás sea una señal de que esta vez vamos a conseguirlo.
Águila real. Foto: Rodrigo Pérez
Al acercarnos para activar la trampa, nuestro sisón levanta el vuelo y se aleja. Cómo suele ocurrir, no pasará demasiado tiempo antes de que regrese a su zona de canto para asegurarse de que ningún intruso la usurpa, así que todos nos colocamos en nuestros puestos. Transcurren casi dos horas de tensa espera sin novedad, el tiempo comienza a apremiar y contra todo pronóstico, nuestro sisón no aparece por sus dominios. Pese a no ser lo más indicado, decido salir del vehículo donde aguardo para dar un gran rodeo en su busca, porque intuyo que el ave no puede andar lejos. Recorro la parte alta de una loma y cuando llego a su extremo me detengo. Estoy un poco desconcertado pues suponía que debería haberlo encontrado ya. De repente, me parece escuchar su característico canto. Vuelvo a escucharlo y me concentro escudriñando con los prismáticos la zona de donde proviene el sonido y por fin lo localizo, justo al mismo tiempo que él se percata de mi presencia e inicia el vuelo.
Macho de sisón. Foto: Rodrigo Pérez
Aviso a mis compañeros por el walki y sigo su vuelo que se dirige directamente a la trampa, que, equipada con un cimbel, le hace posarse junto a él, quedando atrapado en la red. 18 minutos después, el sisón -al que vamos a llamar Pauner, como el montañero aragonés, por su afición a las alturas - vuela equipado con el emisor y todos nos sentimos satisfechos por el trabajo bien hecho. ¿Acaso este ave aportará información desconocida sobre el sisón en Aragón? o, ¿sus movimientos permitirán reconocer nuevas áreas de vital importancia para su especie?
José Luis marcando al sisón
Pasado el tiempo Pauner no nos defraudó, y se convirtió en el primer sisón del que se constató su invernada fuera del territorio de la Comunidad (en concreto en la provincia de ….¡Córdoba!), aportando una diversa y nutrida información acerca del sisón en las parameras turolenses: zonas de concentración otoñal, primera fechas de llegada primaveral, últimas fechas de estancia preinvernal, movimientos exploratorios postreproductores...
Así que por todo ello, ¡muchas gracias, Pauner!
José Luis Rivas