Natura xilocae

Journal of observation, study and conservation of Nature Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal de l'observation, l'étude et la conservation de la nature et des Terres de Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal der Beobachtung, Erforschung und Erhaltung der Natur und der Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Gazzetta di osservazione, lo studio e la conservazione della natura e Terre Jiloca Gallocanta (Aragona) / Jornal de observação, estudo e conservação da Natureza e Jiloca Terras Gallocanta (Aragão)

miércoles, 30 de noviembre de 2011

VIEJOS ÁRBOLES EN LA CULTURA DE UN PUEBLO

Desde ayer martes ya está disponible en Youtube y en www.chopocabecero.com el audiovisual "Viejos árboles en la cultura de un pueblo", proyectado en la III Fiesta del Chopo Cabecero de Valdeconejos el pasado 5 de noviembre.
 
Con el sello en la edición digital de Jorge Herrero e imágenes de Chabier de Jaime, Fernando Herrero y el archivo del Centro de Estudios del Jiloca hemos intentado transmitir con imágenes, vídeo y música lo que estas choperas han representado desde antiguo, el paisaje cultural y humano que crean en su entorno y el reto que nos supone mantener y proteger la belleza íntegra de los mismos, iconos únicos de nuestro territorio. Una visión animada de nuestras choperas, en las que la grabación de breves escenas de vídeo combinando con planos detalle nos muestran la cara más amable de estos viejos árboles, su relación con el hombre y con el paisaje que crean a su alrededor, un paisaje dinámico que cambia con el paso de las estaciones.
 
Puedes verlo también a continuación.
 

lunes, 28 de noviembre de 2011

PATAS DE CORZO

Tenemos en casa una estufa de leña. Como nos gusta encender el fuego con piñas (y pelarzas de naranja), cada otoño antes de que lleguen las lluvias, suelo acercarme al pinar de Calamocha o al de Tornos a recoger una par de sacos de piñas secas de pino rodeno. Este año, como el otoño ha sido suave y aún quedaba alguna del invierno pasado, me he retrasado un poco.

Así, hace un par de sábados, volviendo de la presentación del libro de Rodrigo, me quedé en el pinar de Tornos a coger piñas. Tras el temporal de lluvias (65 L/m2 en Gallocanta, me comentaban) el suelo estaba muy húmedo, la vegetación fresca, los líquenes turgentes y las piñas …. empapadas.

La sequía de este verano y otoño se apreciaba en la pequeñez de las piñas nuevas caídas.

Una piña o cono es un órgano que aloja en sus brácteas tectrices (escamas leñosas) los óvulos hasta su polinización por el viento y su transformación en semilla (el piñón). La disposición de las brácteas de las piñas abiertas y la presencia de algo de resina facilitan su combustión y es un fácil arranque para cualquier estufa o chimenea. Especialmente buenas son las de pino rodeno, el pino resinero.

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No, este no es el pinar de Tornos. La foto está tomada en Las Landas donde llueve bastante más (nótese la altura de los troncos) que en la cordillera Ibérica.

Las piñas que llevan varios años sobre el suelo comienzan también a alterarse por la acción de los hongos saprófitos. Solo tras unas semanas de lluvia y de cielos cubiertos, ya se desarrollaban los cuerpos fructíferos de algunos pequeños hongos, a pesar de la sequía estival y del principio de otoño.

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Y en esas estaba, cuando me encontré esto sobre la hierba….

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La aparté y seguí cogiendo piñas. Algo más allá di con la segunda pata. Seguí buscando, pero ya no encontré más.

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Se trataba de la extremidad delantera y trasera de un joven corzo.

Por lo que me contó Rafa, un alumno apasionado por la caza mayor, correspondería a un macho a tenor de la agudeza de las pezuñas pues las hembras las tienen mucho más romas.

Los restos del corzo no llevarían muchas semanas. Prácticamente carecían de músculo. Aún así, aún mantenían un par de pequeños y redondeados escarabajos negros y varias hormigas. Eran solo hueso, pelo y uñas.

En su momento el cadáver sería un verdadero festín para algún zorro (o algún otro mamífero carroñero), pues se aprecia quebrado el hueso que conecta la pata a la pelvis.

¿Qué pudo ocurrirle a este joven macho? Quién sabe. Tal vez el hambre o alguna enfermedad. Su muerte debió ocurrir hace solo unas semanas y no parece ser resultado de la herida producida en alguna batida ya que aún no han empezado este año.

En cualquier caso, este hallazgo no es más que un indicador (otro más) de la abundancia de este ungulado en los montes de la contornada. Recuerdo hace veinte años mi primer encuentro con el corzo mientras buscaba el gran acebo de Burbáguena. Desde entonces, su área de distribución y sus poblaciones en el Jiloca se han incrementado  ocupando todo los ambientes forestales, los matorrales densos y los cultivos de las áreas próximas.

Esta imagen muestra el área de distribución del corzo en España sobre el año 2001….

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Ya puede considerarse anticuado pues nos consta su avance hacia el este de la provincia de Teruel.

El corzo es hoy tan abundante que pocas son las personas que se mueven por el campo que todavía no han visto algún ejemplar. Los cazadores han descubierto una nueva pieza de caza mayor. Tan solo en la temporada 2009-2010 se ha registró la captura de 308 corzos en los cotos del Jiloca y el Campo de Daroca. Incluso se dice que por la raya con Castilla se matan ejemplares que han sido considerados trofeos merecedores de medalla de oro.

corzos

¿Cuál ha sido la causa de esta expansión? Pues no es otra que la recuperación de los bosques que ha tenido lugar en los últimos cuarenta años, tras consumarse el éxodo humano desde el medio rural hacia las ciudades, que supuso el abandono de la ganadería extensiva y de la extracción de leñas. Especialmente, le ha favorecido la recuperación de la zarza (Rubus ulmifolius), base alimenticia que del corzo que prospera ahora más allá de los cursos de agua al ir cerrándose el dosel en el bosque.

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La proximidad de los montes del Jiloca y el Campo de Daroca a las poblaciones de este cérvido que sobrevivían en cordillera Central y en el norte de la cordillera Ibérica, ha hecho el resto.

EXPANSION CORZO

De momento, no hay importantes conflictos con el hombre. Se acerca a comer a los sembrados. No es raro verlos en las cebadas próximas al monte. Pero su pequeño tamaño y sus modestas exigencias de alimento, hacen que no haya prácticamente quejas (no así ocurre con el ciervo, de mayor corpachón y necesidades). 

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Y siguiendo el avance del corzo, en la cordillera Ibérica y en el Macizo Central se ha producido el de su depredador natural: el lobo.

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Este cánido ha extendido su distribución geográfica al sur del Duero ocupando amplios territorios en las provincias de Soria y de Guadalajara desde donde se ha introducido en las comarcas limítrofes aragonesas aisladamente algún ejemplar durante su fase de dispersión juvenil antes de volver a sus territorios de origen.

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Área de distribución del lobo en España en 2001.

Si la intensa persecución que está sufriendo el lobo durante la última década (batidas legales, furtivismo y veneno) en las provincias de Soria, Segovia y Guadalajara (y en general, en toda Castilla) se relajara no tardaría en hacerse presente de forma regular en el Jiloca. Pues las condiciones de tranquilidad, abundancia de presas naturales y bosque en recuperación se están dan.

En los últimos diez años y de un modo sorprendente se ha producido la recolonización por el lobo de la sierra del Cadí (Pirineo Catalán) desde los Pirineos franceses. Se trata de cánidos de origen italiano.

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Área de distribución del lobo en Italia, Francia y España (datos de 2009)

Sin alarmismos sensacionalistas, con compensaciones económicas y mucho diálogo con los ganaderos, con análisis genéticos para reducir las reclamaciones fraudulentas y, sobre todo, con mucha eficacia administrativa la Generalitat de Cataluña ha dado una lección de buen hacer que ha puesto en evidencia la falta de voluntad real de hacer compatible la ganadería extensiva y la existencia del lobo en Castilla y León.

¿Estaría la administración ambiental de Aragón preparada para asumir este reto?

miércoles, 23 de noviembre de 2011

ESTUDIO MEDIOAMBIENTAL DEL RÍO JILOCA

En los pueblos del fondo del valle del Jiloca nos encanta hablar del río. Los agricultores sobre la disponibilidad de agua, los pescadores sobre el estado de la fauna piscícola y todos, en general, sobre su abundancia o su limpieza. Sin hablar de los poetas locales, que no faltan en nuestros pueblos, quienes siempre han loado sus cristalinas aguas y la paz de su ribera. Sus crecidas tienen un poder magnético y son capaces de atraer hasta a los más refractarios.

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Es por ello que me ha sorprendido el desconocimiento que tienen quiénes se interesan por la salud ambiental del río Jiloca que, en principio no son pocos, del Estudio medioambiental del río Jiloca que realizaron Moraia Grau y José Manuel González y que fue publicado en las páginas del nº 35 de la revista Xiloca.

Estos investigadores realizaron un estudio de los ríos Jiloca (desde Cella hasta San Martín) y Pancrudo durante el año 2005 caracterizando los rasgos hidromorfológicos y ecológicos a partir de varios índices de calidad ecológica, de calidad de vegetación de ribera, de calidad fluvial y de rasgos hidromorfológicos. El diagnóstico es demoledor: el estado del río Jiloca es muy malo en su cabecera y malo en el resto, mientras que el Pancrudo se conforma con una calificación de mediocre. Clarito, clarito…. es el informe.

Las causas son muy variadas.

La naturaleza abierta del valle, su fondo plano y la escasa pendiente han favorecido la modificación del sinuoso trazado original mediante rectificaciones y la apertura de grandes acequias rectilíneas. Estas obras parecen ser de edad histórica y consiguieron ganar, en distintas fases, tierras a los prados sitos en el fondo del valle.

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El bosque de ribera está en su mínima expresión. La presión agrícola, también temprana, los hizo desaparecer al extenderse los cultivos hasta el propio cauce. Son escasos los bosquetes bien conservados. Las fotos aéreas muestran la escasa cobertura arbórea de las riberas. En el Jiloca tiene una anchura media comprendida entre 3,1 y 4,6 metros, mientras que en el Pancrudo este parámetro asciende a 8,5 m. Mientras que la continuidad arbórea también es muy baja en el Jiloca (14-31%) y notablemente mejor en el Pancrudo (42-55%). Nada que ver con lo que pudo ser en su origen los bosques primigenios propios de las amplias llanuras de inundación. 

Los indicadores de calidad fluvial resaltan buenos valores en cuanto a la cobertura de la vegetación acuática y al sombreado del cauce, pero indican la escasez de rápidos, la falta de raíces expuestas de árboles y de material leñoso.

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Los indicadores hidromorfológicos insisten en el mal estado ecológico del Alto Jiloca y en el estado malo del resto de los tramos. En el Pancrudo aspectos positivos son el notable volumen de caudal sólidos (sedimentos) por la escasez de presas y la naturalidad y diversidad de las especies arbóreas aunque se perciben parámetros negativos como la alterada sección transversal del cauce mediante constricción y dragados, la escasez de caudal (por detracción para riego) y la estrechura de la ribera por presión agrícola.

En ambos ríos, pero especialmente en el Jiloca, se aprecian los efectos de la contaminación difusa de nitrógeno por el empleo de fertilizantes (especialmente en el cultivo de maíz) y de purines. Hay que tener en cuenta la elevada cabaña porcina de algunos municipios y que el aporte de nitrógeno de un cerdo equivale al de tres personas.

Las detracciones de caudal para el regadío incrementan los procesos de eutrofización al reducir la capacidad de dilución de los contaminantes y por aumentar la temperatura del agua de forma indirecta (menor capacidad de regulación térmica). Es decir, unas aguas menos oxigenadas.

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La morfología homogénea con una alta presencia de tablas y una escasez de rápidos, dificulta todavía más la aireación –y consecuentemente la oxigenación- de las aguas. Los dragados y enderezamientos aceleran la velocidad del agua, su efecto erosivo y la turbidez. A esto se le añade la escasez de refugios, se comprende la pobreza en hábitats del río.

El análisis de la comunidad de macroinvertebrados acuáticos ofrece datos de la calidad de las aguas de un río. Esta es muy buena en el Alto Pancrudo empeorando algo y de forma progresiva (pero siendo aún buena) en su tramo bajo. La calidad de las aguas del Jiloca es mediocre en la mayor parte de su trazado estudiado.

Otro problema es la entrada del visón y del cangrejo americano. Uno y otro han perturbado la estructura y funcionalidad del ecosistema acuático con un alcance que todavía no se comprende bien.

Sin embargo, el Jiloca y aún más el Pancrudo, muestran fortalezas que son indicadoras de su potencial. La fauna piscícola está formada por siete especies. Todas ellas son autóctonas, cuatro endémicas (barbo de Graells, barbo colirrojo, madrilla y bermejuela) y dos de ellas están incluidas en el Catálogo de Especies Amenazadas de Aragón (pez lobo y bermejuela). La trucha mantiene poblaciones nativas en la cabecera del Pancrudo, estando al 50% hibridada en su desembocadura con el Jiloca, mientras que las de este río lo están en esta misma proporción.

Algunas de estos argumentos fueron comentados “En el Rebollar”.

domingo, 20 de noviembre de 2011

REFLEXIONES RECOGIENDO NUECES

Amanecer fresco. La niebla alta extiende su manto por todo el valle. Apenas se ve poco más allá de un par de cientos de metros. Me encamino a la Dehesa de Calamocha. En una antigua viña queda una vieja noguera solitaria, último testigo de lo que debió ser un policultivo de vides, nogales y cerezos. Hará unos cuarenta años se arrancaron las cepas y los frutales pero se indultó a la vieja noguera y, desde entonces, provee de nueces a un par de familias.

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En las últimas semanas las nueces han ido cayendo por la abscisión de su pedúnculo y con la ayuda del viento de esos días. Es un árbol valiente. Las tierras de este paraje son arenas y conglomerados silíceos por lo que tienen una escasa capacidad de retención hídrica. Son tierras secas. A pesar de ello y de la tradicional tendencia a la vecería de la especie (muy vulnerable a los hielos tardíos) este es un árbol valiente y suele dar cosecha un año sin otro.

Este año ha habido nueces. Eso sí, poco limpias ya que el cascarullo no termina de desprenderse y con algo de carpocapsa (el gusano de la nuez).

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La niebla no levanta. Una familia de cogujadas revolotea sobre el rastrojo, aún sin levantar por la tardanza y escasez de las lluvias. Poco a poco se va llenando el cesto. Un milano real traza sus volantines buscando alguna presa.

El silencio de la mañana, solo roto por el paso de algún coche por la N-230, promueve la reflexión personal. De repente, muy cerca, el estruendo de un disparo. Advierto de mi presencia a un cazador que baja por la ladera. Las pocas perdices y liebres de estos pobres montes, acosados estos días por perros y cazadores, tienen hoy la complicidad de la niebla que les ofrece algo más de ayuda.

El nogal es una especie propia de Oriente Medio. Desde muy antiguo su cultivo se extendió desde Europa hasta China. En la península Ibérica su presencia tal vez sea anterior a la llegada de los romanos. En el Jiloca y Campo de Daroca la noguera se da muy bien tanto en las vegas, donde crece asilvestrada con profusión en los ribazos, como en los ribazos de los campos de secano, si se mantiene el laboreo en el entorno. Antaño había muchísimas, sobre todo en el Bajo Jiloca, pero con los cambios sociales de los años 60 se fueron cortando para su venta a la industria valenciana del mueble.

La nuez de esta tierra es pequeña pero especialmente sabrosa, sobre todo cuando aún está fresca. Lo sabe bien la gente que gusta comerlas con un poco de pan lo que le confiere un sabor muy especial. Es un alimento sencillo y exquisito que no hemos sabido promocionar, tal vez por no existir por detrás una industria. En una época de culto al delicatesen la nuez del Jiloca debería estar en el lugar que se merece. Hoy, estamos comprando unas nueces californianas, tan grandes como insípidas mientras se va perdiendo el mercado local. Resulta difícil encontrar en las tiendas nueces del país. 

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Pero es que además la nuez es mucho más que un alimento. Es un medicamento, como diría Hipócrates. Además de su contenido en proteínas (de buena calidad, por la presencia de casi todos los aminoácidos esenciales) tiene un alto contenido en lípidos (60%) en los que la presencia de ácidos grasos poliinsaturados (ácido linoléico y linolénico) es extraordinariamente elevada. Estos compuestos tienen unas interesantísimas cualidades nutricionales en poblaciones, como la nuestra, en las que la ingesta de grasas de origen animal es importante. El alto consumo de carnes rojas (la cultura del chuletón), embutidos, queso y huevos supone un aporte excesivo de colesterol que tiende a depositarse en la cara interna de las paredes de los vasos sanguíneos tras su unión con proteínas plasmáticas en forma de lipoproteínas LDL (el llamado colesterol malo). Esto favorece a graves enfermedades como la aterosclerosis, trombosis y arteriosclerosis que se asocian a patologías como el infarto de miocardio, la angina de pecho o la formación de coágulos en el cerebro. Tienen las ventajas del pescado azul sin el riesgo de contaminación por metales pesados (mercurio) que éste conlleva.

El consumo de grasas con ácidos grasos poliinsaturados, como los que presenta la nuez, favorece la formación de HDL (el colesterol bueno), lipoproteínas que retiran colesterol del plasma y lo conducen al hígado en donde se elimina por vía biliar. Tiene otros efectos benéficos por su riqueza en vitaminas (E, B1, B2, B3 y B6), en minerales (fósforo, potasio, magnesio, calcio, hierro..) y oligoelemento (cobre y cinc) lo hace muy recomendable para evitar buen número de patologías.

La cultura de la nuez se va perdiendo. Es una lástima no tener recogido en el Jiloca el saber popular sobre el cultivo, cuidados, recolección e incluso gastronomía que se le asocia. Recuerdo la visita al Ecomuseé de la Noix du Perigord, un ejemplo de promoción de la cultura y los alimentos locales. 

Consumir nueces diariamente, unas pocas en casos de riesgo de obesidad, que sustituyan a productos de origen animal, favorecen a nuestra salud, el futuro de este cultivo y el despilfarro de recursos que supone la vigente ganadería industrial.

También permitirá valorar a esas viejas nogueras que, además del paisaje, forman parte del hábitat de algunas especies que requieren de la presencia de árboles entre los campos. 

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Noguera ubicada donde se celebra la fiesta cidiana en El Poyo

La niebla sigue sin levantar y la luz matizada realza los colores otoñales de las hojas de los pequeños olmos y espinos que orlan el campo en su linde con la rambla, seca desde hace muchos meses.

A lo lejos, la megafonía del recinto ferial recuerda el agradable bullir social de la feria de Todos Santos.

Sobre este tema estuvimos departiendo unos días después  “En el Rebollar”, el programa medioambiental de Onda Cero Calamocha.

jueves, 17 de noviembre de 2011

PLUMAS BAJO CERO: TODO UN LUJO PARA EL JILOCA Y EL CAMPO DE DAROCA

A todos nos gusta observar la vida silvestre.

Con paciencia, con conocimiento de la Naturaleza y con muchas jornadas de campo uno acaba acumulando un buen número de momentos en los que ha podido disfrutar viendo con proximidad, tiempo y calma a los animales salvajes en sus quehaceres cotidianos, la floración efímera de plantas escasas o paisajes con una luz única e irrepetible en un atardecer con nubes bajas.

Y cuando estas observaciones las realizamos en nuestro entorno personal, en ese tramo del río o en aquel monte solitario, todavía les concedemos más aprecio ya que esos rincones tienen un significado especial para cada cual. Pues son un poco nuestros.

Lo que ya no es tan sencillo es que esas observaciones se traduzcan a imágenes de alta calidad. La fotografía es una técnica artística que requiere de medios, de muchísima preparación, de sensibilidad para captar las luces y de un derroche de sacrificio y tiempo.

Fotografías buenas sobre la Naturaleza tenemos casi todos. Buenos fotógrafos hay muy pocos. Y en nuestra comarca vive uno de ellos: Rodrigo Pérez Grijalvo.

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En sus numerosos y largos viajes por el mundo nuestro amigo ha podido fotografiar la vida silvestre de los rincones más bellos y salvajes de la Tierra. En cada uno de ellos, ha ido estudiando con meses de antelación el calendario, la luz de cada hora, los hábitos y el comportamiento de la especie buscada antes de invertir su tiempo en capturar esa imagen que refleja la Naturaleza en estado puro. Ha publicado sus fotografías en revistas de prestigio internacional (¡con lo exigente y competitivo que es ese mundo!) y no han sido pocos los premios y reconocimientos cosechados. Algunas de sus fotografías pueden ser vistas en su galería fotográfica en la red.

Siempre he dicho que los naturalistas del Jiloca y del Campo de Daroca tenemos fortuna. Por muchas razones. Y una de ellas es por que hace quince años Rodrigo vino a trabajar y a asentarse (junto a Eva) a estas tierras. Esto, y un profundo conocimiento de la vida silvestre, le ha permitido encontrar el momento para captar la mejor luz para plasmar mil y una observación realizada en los campos y montes de esta parte de la cordillera Ibérica. Nuestros austeros paisajes, sus discretas y delicadas plantas y su fauna, casi siempre tan esquiva, le han desvelado sus momentos más secretos y sus imágenes más bellas. Y Rodrigo lo ha plasmado en la obra: “Jiloca y Campo de Daroca. Plumas bajo cero”.

 

Este proyecto incubado durante más de un año ha podido acometerse por el impulso de la editorial catalana de Ediciones Invisibles y la promoción de ADRI Jiloca-Gallocanta dentro del Programa RETO.

El próximo sábado día 19 de noviembre tendrá lugar su presentación en el Centro de Interpretación y de Información Turística de Gallocanta a las 10.30 de la mañana.

Lleva en su portada la silueta de un bando de grullas sobre el cielo rojo del atardecer invernal en Bello o Las Cuerlas. En su contraportada, un inquieto macho de collalba gris (nuestra zurribalba) oteando desde una cuarcita, una imagen de cualquier día luminoso de verano en cualquiera de nuestras sierras paleozoicas. Dos grandes aves migratorias, una pequeña y vivaracha. La otra solemne y espectacular. Una síntesis de la vida silvestre de esta tierra.

Una tierra tan dura, una vida silvestre tan poco estudiada y unos paisajes tan denostados por los viajeros presurosos que pasan de largo por la autovía, sin embargo, le han brindado a Rodrigo la oportunidad de disfrutar y, al tiempo, de crear arte con las imágenes. 

Este libro, con sus ciento cuarenta fotografías (ciento cuarenta obras de arte), es todo un lujo para los amantes de la Naturaleza del Jiloca.

¡A disfrutarlo!

lunes, 14 de noviembre de 2011

TRAS LA 3ª FIESTA DEL CHOPO CABECERO EN VALDECONEJOS

Más de trescientas personas se congregaron en Valdeconejos el sábado 5 de noviembre. Tras un agosto y un otoño secos como no se recuerdan, el campo necesitaba de la lluvia abundante que podía hundir una fiesta como ésta, en la que la excursión por la chopera y la poda de árboles son centrales. Sin embargo, el entusiasmo de la gente logró la síntesis con la tierra húmeda. Desde la amabilidad de las gentes de Valdeconejos, que mientras preparaban la comida acogieron en sus casas a personas mayores que no podían hacer la andada, hasta el ánimo de los motoserristas por escamondar los chopos lloviera lo que lloviera. El carácter innegociablemente andariego de los asistentes hizo el resto.

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El club de montaña Cuatrineros organizó el increíble recorrido por el barranco del Hocino, entre chopos cabeceros y sauces trasmochos, con un manto de hojas verdes, ocres, amarillas, rojizas, entre los frutos del majuelo y los escalambrujos.

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Pudimos ver yescas, setas de chopo, brotes nuevos de chopos caídos haciendo esculturas como si Oteiza y Chillida hubieran pasado por allí… La mezcla del otoño de los guillomos, azarollos, chopos y sauces junto con las calizas encabalgadas del estrecho del Hocino y la barranquera abierta por las aguas, hacen que ciertamente sea este uno de los paisajes otoñales más bellos de las sierras de Teruel.

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La espectacularidad de la escamonda, realizada por trepadores de la empresa ANCAR, afamados podadores en Aragón y País Vasco, mostró cómo el ser humano conforma el árbol trasmocho. Su resultado, esas formaciones que aportan longevidad al árbol, además del aprovechamiento de vigas y su utilización como energía calorífica. Hablamos del mantenimiento de un sistema equilibrado que puede emplearse en proyectos de futuro como la biomasa y la utilización de calderas de leña en edificios oficiales, lo que sería modelo para cooperativas y particulares.

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A la vuelta, en las viejas casas de los maestros, se pudo ver la exposición El chopo cabecero, un patrimonio a conservar, realizada por el Centro de Estudios del Jiloca, y se proyectó el audiovisual Viejos árboles en la cultura de un pueblo, elaborado por Fernando y Jorge Herrero. También se presentó la web creada para dar a conocer una riqueza patrimonial de la que Aragón es vanguardia, www.chopocabecero.com. Mientras tanto, en el trinquete de la lonja, Raquel Lucas organizaba unas partidas de juegos tradicionales para los más pequeños. Y llegó el momento de la comida, 285 personas en la nave que amablemente prestó Pascual Marzo, servida por un montón de voluntarios de Valdeconejos y Cuevas de Almudén.

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Después de la comida, se entregó el título Amigo del Chopo Cabecero 2011 a Enrique Arrechea, investigador en gestión forestal, quien agradeció el homenaje y animó a continuar con estos esfuerzos.

Enrique Arrechea

Paquita, representante de la Asociación Cultural Santo Domingo de Silos de Valdeconejos, recibió emocionada el agradecimiento de los participantes por organizar un día así. Las palabras de Javier Carbó, alcalde de Escucha, también concluyeron con el aplauso por su colaboración con la jornada. Integrantes de las asociaciones y ayuntamientos de Aguilar del Alfambra, Pancrudo, Cuencabuena, Calamocha, Torre los Negros, así como de VoluntaRíos, expusieron lo realizado durante el año y la necesidad del Parque Cultural de los Chopos Cabeceros del Alto Alfambra.

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Tras las palabras se repartieron esquejes de la escamonda de Torre los Negros, Pancrudo y Bañón, libros facilitados por el Parque Cultural del Río Martín y materiales sobre el chopo cabecero del Centro de Estudios del Jiloca. Con las actuaciones musicales cantamos el Somos como esos viejos árboles de Labordeta y bailamos con los fenomenales Gaiteros de Alcorisa.

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Una vez más, en esta ocasión en Valdeconejos, disfrutamos de la seña de identidad turolense que son nuestros chopos, de su valor patrimonial, paisajístico, cultural y medioambiental. Un día inolvidable en el que llegó el agua deseada.

Ivo Aragón, Plataforma Aguilar Natural; Pilar Sarto, Centro de Estudios del Jiloca.

Fotos: Rosa Pérez

domingo, 13 de noviembre de 2011

JORNADA DE ANILLAMIENTO NOCTURNO DE ALONDRA COMÚN EN GALLOCANTA

La Península Ibérica es uno de los principales cuarteles de invernada de las abundantes poblaciones de alondra común (Alauda arvensis) en Europa, estimadas en 25-55 millones de parejas (BirdLife International/EBCC, 2000). Este aláudido presenta además un estado de conservación desfavorable en muchos países europeos, con descensos superiores a un 50% en su población (Wilson, 1997), lo que ha llevado a incluir a la especie en la Lista Roja de algunos países como el Reino Unido (BTO, 2002).

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La presencia de ejemplares migrantes de alondras en la Península Ibérica tiene lugar a partir de primeros de octubre durante el paso postnupcial y se prolonga hasta mediados o final del mes de noviembre.

El montaje de las redes deberá estar finalizado al menos una hora antes de la puesta del sol. La orientación de las redes es un factor importante y que puede condicionar en buena medida el éxito en las capturas. Por norma general se orientan las redes en sentido NW-SE, siendo también muy importante seleccionar aquellos días que cuentan con vientos predominantes del NE.

La colocación del reclamo comenzará una hora antes de la puesta del sol, con un periodo mínimo de actividad de cinco horas. Si transcurrido este tiempo no se han obtenido capturas o estas han resultado exiguas se puede dar por concluida la jornada de trampeo, pero si por lo contrario la noche coincide con una migración activa de la especie deberá prolongarse la actividad mientras se continúen registrando capturas importantes.

Muchas de las jornadas de trampeo resultarán infructuosos y reportaran pocas o ninguna captura, mientras que otros días, los menos, se producirán masivas, momento en el que será necesario continuar con el esfuerzo de trampeo para intentar capturar el mayor número posible de aves.

Las campañas de anillamiento sobre esta especie desarrolladas en Francia, muestran los días de cuarto creciente (5-6 días antes de la luna llena) como uno de los periodos más propicios para la migración de estas aves, especialmente si este factor se combina con condiciones favorables en el norte de Europa.

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En la Reserva Natural de la Laguna de Gallocanta, se efectuara la “I Jornada de anillamiento durante el paso postnupcial de la alondra común (Alauda arvensis)” haciendo coincidir las fechas con el Festival de la Grulla, durante las noches del 11 y 12 de noviembre.

En la Ermita de la Virgen del Buen Acuerdo, quedará instalada la mesa de anillamiento, y en las parameras próximas se ubicara la estación de anillamiento. La hora de comienzo será las 18,30 de la tarde y se prolongará 5 horas, la jornada de anillamiento podrá dilatarse mientras se obtengan capturas importantes.

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En el siguiente mapa aparece el perímetro corresponde al área elegida para ubicar la estación de anillamiento. Elegimos dos zonas posibles para la ubicación de las redes, que pudieran ser utilizadas indistintamente o bien las dos simultáneamente.

Carlos Pérez

lunes, 7 de noviembre de 2011

La Asociación Amigos de Gallocanta asiste a un Congreso Internacional sobre grullas en Volgogrado (Rusia)

Entre los días 7 y 20 del pasado mes de octubre, 10 miembros de la Asociación Amigos de Gallocanta tuvimos la oportunidad de visitar Rusia en un viaje que, más allá del placer de visitar un país que supone en extensión más de la novena parte del planeta, pudimos asistir al I Congreso Internacional de Grullas del Paleártico. El grupo, formado por 9 aragoneses y un extremeño, presentó una comunicación en el congreso sobre la población invernante de grulla común en España (Gallocanta y zona centro). El grupo de Amigos de Gallocanta también aprovechó la conferencia internacional para presentar el VIII Congreso Europeo de Grullas que se celebrará en Gallocanta en febrero de 2014.

Nos llevó hasta Rusia un largo vuelo desde Madrid que, previa escala en Amsterdam, aterrizó en Moscú el 7 de octubre para, un día más tarde, coger otro vuelo que nos llevaría a Volgogrado, al norte del mar Caspio y a la orilla del Volga, el río más grande y caudaloso de Europa.

Una vez allí la idea era pasar unos 10 días con cerca de 90 colegas de 15 países diferentes, 8 de ellos repúblicas de la ex URSS, todos ellos reunidos para una conferencia internacional con el lema: "Grullas del Paleártico: Biología, Conservación, Manejo (en memoria de P.Simon Pallas)". Se trataba de honrar el 270 cumpleaños del explorador y naturalista alemán Pallas, que había sido pionero en los estudios de la flora y la fauna de la región. La conferencia fue organizada por Elena Ilyashenko a la que queremos y debemos agradecer tantas y tantas cosas… el hecho de haber sido una excelente anfitriona o el detalle que tuvo con el equipo español de buscarnos unas traductoras que nos facilitaron enormemente nuestra estancia en el país, entre otras muchas cosas. Gracias Elena!!


Los primeros días tuvimos la oportunidad de visitar los centros de cría de grulla y bisonte europeo en la Reserva de la Biosfera “Oka Naturaleza”. El Centro de cría de grulla, con las siete especies de grullas que habitan en Rusia, supuso toda una experiencia, al tiempo que aprendimos cosas como que durante el pasado año 10 pollos de Grulla Siberiana fueron criados y sacados adelante por sus padres en este centro y que 6 de ellos han sido puestos en libertad en el delta del Volga, donde tendrán la oportunidad de incorporarse, junto con otros individuos de la especie, a la ruta migratoria hacia el sur de Irán e Irak.

Las conferencias se desarrollaron en la Universidad Pedagógica de Volgogrado entre los días 11 y 16 de octubre. La ciudad de Volgogrado, primeramente llamada Tsaritsyn en 1589, posteriormente pasó a denominarse Stalingrado en 1925 y, finalmente, Volgogrado, a partir de 1962. Esta ciudad, de más de un millón de habitantes, se extiende a lo largo de más de 90 kilómetros por el lado este del río Volga, logrando así la condición única de la ciudad con mayor longitud del mundo. También fue el escenario de una batalla decisiva en la II Guerra Mundial con una victoria de la URSS sobre Alemania después de la pérdida de más de millón y medio de personas. El monumento de la guerra, el conocido como Mamayev Kurgan (que tuvimos la oportunidad de visitar), con una estatua de 85 metros de altura, representa una madre Rusia enojada, y resulta sin duda una importante atracción turística para una ciudad básicamente industrial en la que el “recuerdo” de la guerra llega a suponer su mayor “atractivo” de cara al turismo.

Nuestro alojamiento fue en el campamento deportivo Marathón, una preciosa zona de bosque con cabañas junto al río Akhtuba, afluente occidental del Volga y a unos 20 kilómetros de Volgogrado.

En el congreso hubo 17 sesiones técnicas, incluyendo 59 presentaciones, sobre temas tan interesantes como: la situación de las diferentes especies de grullas europeas, métodos para la Recuperación de Especies Amenazadas, Biología y Sistemática, la migración y la invernada; captura y marcaje, gestión y conservación (con informes sobre la caza de la grulla y los daños a los cultivos), …

A lo largo de estos días descubrimos que uno de los problemas que más acucia a las grullas en esta zona de Europa es el hecho de que, tras el colapso de la URSS, las nuevas naciones- repúblicas rusas, pasaron por un período de grandes ajustes económicos que incluyeron una transformación de las cooperativas agrícolas a una agricultura de libre empresa. Como resultado, millones de hectáreas de tierras de cultivo y pastos antiguos se abandonaron y cubrieron de malas hierbas. Las poblaciones de grulla siberiana y damisela, que se alimentan de granos de desecho tras las cosechas, especialmente después del nacimiento de los pollitos, se concentró en los pocos campos cultivados que quedaron causando graves daños en algunas zonas. Al mismo tiempo, el número de grullas que migraban a través de Eurasia a Europa aumentó dramáticamente con aves procedentes de Rusia. Las tierras de pastoreo que antes se explotaban con miles de rebaños de ovejas manteniendo la vegetación baja y creando un hábitat ideal para la anidación de la grulla Damisela, fueron cubiertas rápidamente por los pastos altos nada favorables para las crías, con lo cual se redujo drásticamente el número de grullas en muchas áreas.

Otro grave problema que, afortunadamente va siendo controlado en la antigua URSS, es el de la caza ilegal de grullas, sobre todo en Azerbaiyán, hecho que contribuyó a la desaparición de muchas grullas siberianas. En contraste, la población oriental que emigró a través de las áreas menos pobladas de Rusia, aumentó a más de 4000 individuos, sin duda, debido a la mayor protección existente en China, donde las armas en manos de civiles han sido prohibidas en las últimas décadas y donde también existen reservas naturales protegidas.

La grulla damisela migra de las estepas desde finales de agosto y septiembre. Nos dijeron que a menudo se reproducen cerca de los corrales donde los rebaños de ovejas se mantienen en la noche para protegerlos de los lobos. Al parecer, allí hay hierba tierna e insectos, del gusto de las grullas. A partir de fotografías y películas en los centros de interpretación de las reservas, descubrimos que la mejor época para visitar la estepa es en primavera, cuando ésta se cubre de flores de múltiples tonalidades y multitud de aves acuden a estos espacios. Lo cierto es que en la época que hemos ido nosotros no es posible ver muchas aves, pues están ya en plena migración, pero esta “carencia” se ha visto compensada con creces en nuestras visitas a la estepa, los lagos y, sobretodo, a las localidades rurales de la zona del Volga, donde la gente nos ha recibido estupendamente y hemos tenido la oportunidad de descubrir muchas realidades que, de otro modo, hubieran pasado por alto.

“Flight of hope” -"El vuelo de la esperanza" - es un ambicioso proyecto liderado por el Dr. Alexander Sorokin (Sasha) del Instituto Ruso para la Protección de la Naturaleza del Ministerio ruso de Recursos Naturales y Ecología, y diseñado para recuperar la grulla siberiana en una parte de su ruta migratoria entre Rusia y la India. Durante nuestra estancia tuvimos la oportunidad de visitar algunos colegios rurales donde se está trabajando fuerte con el tema de la sensibilización ambiental de cara a que los más jóvenes aprendan y sean conscientes de la importancia de la conservación de los hábitats para las grullas. Lo cierto es que si algo nos ha llamado la atención es precisamente esa falta de conciencia ambiental en el país,…algo bastante entendible, pues no hace tanto que este tipo de temas se desarrollan en nuestras latitudes.

Nuestros últimos días en Rusia se pasaron en “viajes de exploración” a dos lagos salados (Elton y Baskunchak), y a las estepas rusas, aquellas que más de dos siglos atrás explorara P. Simon Pallas, que escribió acerca de las manadas de caballos salvajes Tarpan, extinguidos en el siglo XIX. También nos cuentan que durante la época soviética manadas de antílopes Saiga campaban por estas estepas, pero en los últimos años, cambios en la vegetación y la caza excesiva han reducido las manadas que, afortunadamente en la actualidad, parece se están recuperando, aunque no pudimos ver ninguno…fuera de las colecciones de animales disecados que, en muchos museos, proliferan por el país.

Un viaje que sin duda, tod@s recordaremos no sólo por el congreso, el buen ambiente que hubo en el mismo y la cantidad de cosas que aprendimos, sino también por la amabilidad y sublime acogida de los rusos, así como el excelente ambiente que se generó en esos días de convivencia entre gente de diferentes países y lenguas. Esperamos que en 2014 Gallocanta y las tierras del Jiloca sean capaces de albergar y ofrecer, al menos, las mismas condiciones que tuvimos en Volgograd el pasado mes de octubre.


Un periplo de…Asoc. Amigos de Gallocanta (Javi M., Carmina, Jose Miguel, Antonio, Toñi, Pilar, Javi J., Felipe, Fernando y Luis)

domingo, 6 de noviembre de 2011

DIMINUTOS HORTALES EN CORBATÓN

Corbatón es un pueblecico situado entre los páramos altos de la sierra de Lidón y el valle del Pancrudo a la altura de Alpeñés. El caserío se ubica en una solana situada junto al cauce de La Rambla, primer gran afluente del río Pancrudo por su margen izquierda. El arroyo drena un amplio territorio y debe diseccionar unas calizas buzadas en su salida hacia el valle.

Un paseo otoñal por la ribera del arroyo, en una mañana de niebla, ofrece buenos momentos para el naturalista.

Los rastrojos de cebada, aún sin levantar, no atisban ni una brizna de renacido por la sequedad de este otoño. En los márgenes, cirojales y cerezos forman unos altos setos en donde se refugian los grandes bandos de pinzones (neveros en Bañón, apunta José Antonio) que se alimentan sobre el suelo.

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Estos días, aún sin la alegría que dan los octubres húmedos, estos frutales ofrecen algún tono rojizo en sus hojas unos días antes de su caída.

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Nos sorprende el caudal regular del arroyo de La Rambla, ajeno a las últimas menguadas lluvias, que debe mantenerse incluso tras sequías prolongadas. Posiblemente se alimente a partir del acuífero que recoge las aguas caídas sobre los extensos páramos calcáreos de la sierra de Lidón.

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Algunos de mayores sabimbres que conocemos en la redolada, auténticos monumentos, pueden encontrarse en esta estrecha vega.

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Cerca del arroyo, entre unos álamos enredados en hiedra, hay unos pequeños huertos. Cada uno con su pozo y con su seto de saúco, cirojal y espinos. Alguno ya está abandonado…

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… mientras que otros aún se cultivan mostrando las últimas hortalizas de la temporada.

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Sobre los muros de piedra se levantan fajos de ramas de arbustos que recuerdan los cercados que hacen en la región de Vendôme y que tan bien nos explicó Dominique Mansión.

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El paseo, bajo el dosel de los sargatillos y los cirojos, nos lleva a otras latitudes…..

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Y es que hay tantos rincones sorprendentes en estos montes de la Ibérica.