El domingo, 21 de noviembre, regresaba hacia Bañón tras una grata excursión por el Arguilay de Báguena. A la altura de la venta Rivera en Calamocha (km 196 de la N-330) me encontré con una "sorpresa" bastante desagradable... una nutria atropellada en la carretera. Esto suele ocurrir a menudo, ver animales atropellados en las cunetas y arcenes de nuestras carreteras se ha convertido en algo casi "habitual" (desgraciadamente, claro). Esa mañana le había tocado a una nutria. Lo primero que hice fue darle un buen susto, acompañado de una tremenda tristeza. Era la primera vez que veía una nutria "al natural" en la zona del Jiloca, y no era la forma en que me hubiera gustado hacerlo, desde luego.
Inmediatamente llamé a Paco, uno de los APN de nuestra zona, para dar cuenta del hecho y que ellos se hicieran cargo, registrando correctamente el lugar y motivos de la muerte de la nutria.
Creo que no es el primer atropello de un individuo de esta especie (Lutra lutra), en nuestro territorio. No deja de ser un hecho desgraciado, aunque, como muchos apuntan, quizá sea una señal o indicio de que el número de individuos de nutria en el Jiloca haya aumentado, esté en expansión,... Aunque esas cosas las dejamos para los biólogos y naturalistas expertos en estos temas.
Hasta ahora los indicios que personalmente había tenido de presencia de nutria en el Jiloca y Pancrudo eran a través de sus huellas, rastros y excrementos, dejados en las orillas del río, bajo los puentes, o en los lugares transitados por estos animales tan huidizos. Y resulta tan grato encontrar estos "indicios" de su presencia... ellas están ahí, aunque no las veamos, hacen su vida en el entorno del río, aunque vemos que tambien se alejan del mismo en ocasiones... Y con eso debemos quedarnos. Siempre es mejor ver esos rastros que no "estos otros", con ausencia de vida..., espero que la próxima vez que tenga ocasión de ver una nutria sea correteando o nadando por el Jiloca...
Pilar Edo