Estercuel acogió el día pasado 25 de octubre la XV Fiesta del Chopo Cabecero.
Introducción
Y parece que
fue ayer cuando el Centro de Estudios del Jiloca y otras entidades
locales decidieron hacer una fiesta para dar a conocer la riqueza ambiental y
cultural que suponen los chopos cabeceros, unos árboles añosos y monumentales
cuidados por generaciones de habitantes de los distintos pueblos. Y ya son
quince años que nos han permitido disfrutar de ríos, pueblos y personas que los
han valorado y a quienes les hemos agradecido su esfuerzo.
La Fiesta del Chopo Cabecero es una jornada anual que
permite conocer las arboledas de álamos negros trasmochos mejor conservadas de
Aragón. Estercuel tiene un magnífico bosque de chopos cabeceros, el mayor que
puede encontrarse al este de la cordillera Ibérica.
Es una ocasión para celebrar la entrada del otoño en uno de
los ambientes más hermosos. También un foro para celebrar y difundir las
iniciativas que se están realizando en pro de su conservación. Y es, por último,
un reconocimiento a la cultura popular, al paisaje y a la vida silvestre que se
asocia a estos árboles centenarios.

Estercuel se sumó así a Aguilar del Alfambra, Torre los
Negros, Valdeconejos, Ejulve, Aliaga, Cuencabuena, Lechago, Blesa, Huesa del
Común, Badules, Allepuz, Jorcas, Torrijo del Campo, Cuevas de Almudén, Berge, Vivel
del Río y Pancrudo, pueblos que han recibido la visita de personas procedentes
de otros muchos lugares que quieren conocer y disfrutar de ríos, pueblos y
personas que los han valorado y a quienes se les agradece su esfuerzo.

El lema de la Fiesta en esta ocasión, "Hacia una
gestión forestal" hizo referencia a la escamonda (poda completa de sus
ramas) que debe hacerse cada quince años para producir madera y mantener su
vitalidad. Es el manejo tradicional que ha hecho centenarios a muchos de ellos.
Si se abandona el aprovechamiento y quedan a su suerte, los árboles se vuelven
decrépitos y las grandes ramas colapsan. Y, sobre todo, a la necesidad de abordar la conservación de los chopos cabeceros con la perspectiva de su valor paisajístico, cultural y ecológico con nuevos enfoques y métodos.
Un paso en esta dirección es la iniciativa que puso en marcha el Ayuntamiento de Estercuel en 2017 por la que se escamondaron cerca de mil chopos cabeceros en su término municipal, permitiendoles que mantengan su vigor, lo que hizo delicioso el paseo.
Crónica de la jornada
En la plaza del Ayuntamiento, Joaquín Lahoz, alcalde de Estercuel, nos dio la bienvenida a gentes varias venidas de Andorra, Bajo Aragón, Zaragoza, Teruel, Jiloca y de tierras más lejanas como Cataluña o la Comunidad Valenciana ...
antes de acercarnos al Monasterio del Olivar ....
para comenzar un paseo por la ribera del río
Estercuel ...
... a través del sendero PR-TE 93.
El tiempo aguantó y salió el
sol. Disfrutamos de una temperatura estupenda. Está claro que soplamos bastante por la
mañana ...
... mientras que por la tarde dejamos que cayera una fina lluvia, tan agradable como necesaria, que llenó de silencio y tranquilidad el valle.
Antes de la excursión, en el claustro del Monasterio del Olivar, Ángel Sancho, investigador estercuelano, nos ilustró con unas oportunas referencias literarias sobre este centro monacal.

Citó, en primer lugar, el papel desempeñado por Fray Jorge del Olivar, monje de la orden de la Merced, en la redención de Miguel de Cervantes, hechos que recientísimamente han sido llevados a la gran pantalla por el director Alejandro Amenábar en la película El Cautivo. Igualmente, también a modo de pincelada, comentó la novela Incierta Gloria, del escritor Joan Sales, llevada al cine en la película homónima dirigida por Agustí Villalonga, en la que, en el marco temporal del estallido de la Guerra Civil Española, la trama se desarrolla en el Monasterio del Olivar, al que llama Olivar de la Verge. Por último, nos contó que el dramaturgo Tirso de Molina escribió muy probablemente en el propio monasterio la obra La dama del Olivar que, hace unos años, fue representada en el pueblo por la asociación Jóvenes Estercuelanos en sus Encuentros con la Historia.
A lo largo del recorrido se fueron explicando diversos aspectos relacionados con los chopos cabeceros y con otros elementos del patrimonio cultural local.
Joaquín Magallón (Kiko), vecino de Estercuel, guió el recorrido y nos explicó los ingenios hidráulicos existentes a lo largo del mismo, incluidos los azudes, la canalización del agua al monasterio a través de una canal que aún se conserva el arco cerca de la cascada, y las norias hoy desaparecidas.
Chabier de Jaime, recordó que los chopos cabeceros son auténticos
monumentos vivos, el resultado del quehacer de la naturaleza y del saber de las
personas, un tesoro etnológico, un singular elemento de la arquitectura vegetal en el paisaje y un patrimonio cultural único en Europa.
Al alcanzar un formidable chopo cabecero en descomposición insistió en que estos árboles también son el hábitat de una variada comunidad de organismos pues ofrecen soporte,
alimento y refugio a musgos, insectos, murciélagos y aves, entre otros. Incluso cuando están muertos.
En otra parada Ángel habló sobre el uso que se daba en Estercuel a
los chopos cabeceros.

Las ramas obtenidas de la escamonda eran utilizadas como vigas en la construcción de edificios. Cortaban también las ramillas con hojas para alimentar a las ovejas y los finos tallos se les daba para que los rosigaran los conejos. Y, además, la leña se consumía en las estufas.
Cubierta de la almazara de Estercuel con vigas procedentes de ramas de chopo cabecero
La escamonda periódica mantenía al árbol en un crecimiento prácticamente continuo e incrementaba su
longevidad. Es un ejemplo de aprovechamiento sostenible. De esta forma la
mayoría de éstos árboles adquieren unas dimensiones considerables, dignas de
árboles monumentales.
Nos habló de la
longevidad de estos árboles no siendo raros los ejemplares de doscientos años,
el límite de edad propio de la especie, y es que son dos árboles en uno: un
tronco centenario y unas ramas muy jóvenes.
Pilar Sarto se centró en la construcción de la historia de
nuestros pueblos y nuestra microhistoria individual a base de pequeñas cosas,
siendo en ese crecer individual y colectivo los chopos cabeceros, lugares
importantes en nuestra infancia y juventud, que se valoran más cuando se miran
con los ojos de quienes nos visitan, como en esta ocasión, y comienza a reconocerse un patrimonio que pasa desapercibido por cotidiano.
“Hay algo de
pertenencia y de arraigo, de forjar identidades personales y colectivas en
estos chopos, algo queda en nuestra manera de ser y de sentir”.
Pilar recordó las palabras de Eloy Fernández Clemente, otro
comarcano amante de su tierra que decía:
“Es muy difícil luchar por lo que no
se ama y, antes, amar lo que no se conoce bien”.
Tras un descanso en la Caseta del Plano ...
Ángel, de nuevo, nos mostró y explicó una singularidad del patrimonio hidráulico: las catarras. Se trata de unas acequias excavadas en un talud del monte, una obra de herencia árabe, que formaban parte del sistema de regadío
tradicional del río Estercuel. Las aguas del río se derivaban desde un
azud hacia una acequia para riego de los campos situados en la vega. En las zonas
donde el río se encajaba y la acequia carecía de espacio para continuar, aquellos maestros del agua excavaban estas
galerías en una roca poco consistente: areniscas y arenas de la Formación Utrillas (Cretácico). Igualmente abrían aberturas intermedias para acceder a
su interior y realizar tareas de mantenimiento.
Casi todos lo presentes asomamos nuestras cabezas en las catarras y algunas atrevidas penetraron en el interior de estas galerías.
Ya cerca del pueblo, junto al puente de la carretera, el motosierrista Herminio Santafé, moviéndose con agilidad sobre las cabezas y entre las vigas, escamondó dos robustos chopos. De nuevo, un trabajo espléndido.
Después se visitaron dos joyas que reúne Estercuel.
El Centro de
Interpretación del Fuego y de la Fiesta, situado en los sótanos del castillo-palacio, está dedicado a la Encamisada y a otras festividades locales y de la contornada.
Y el Museo del Aceite, el antiguo molino donde se prensaban las olivas, magníficamente conservado ...
y cuya planta primera se ha convertido en un espacio expositivo. De hecho, estos días alojaba la exposición temática "El chopo cabecero, un patrimonio para el desarrollo rural".
Mucho y rico patrimonio. Mucha actividad. Pero, con todo, conseguimos cumplir los tiempos previstos.
Ya en el
pabellón polideportivo, se inauguró la exposición fotográfica con las obras del X Concurso de Fotografía
sobre el Chopo Cabecero ...
... tras la que se disfrutó de una comida popular, una
estupenda paella con ensalada, helado y café.
Al terminar de comer, la organización agradeció a los
asistentes su presencia y a todos quienes colaboraron para hacer posible la
fiesta, su esfuerzo.
La presidenta del Centro de Estudios del Jiloca, Mercedes
Rubio, entregó los premios del concurso de fotografía, felicitó a los premiados y agradeció la participación a quienes enviaron sus obras, especialmente al alumnado del IES Lázaro Carreter de Utrillas.
A continuación se hizo la presentación del premio “Amigo del Chopo
Cabecero 2025” siendo el
galardonado Miguel Ángel Lázaro Palacios (Calamocha, 1982) por su trayectoria como capataz forestal, agente de protección de la naturaleza, ingeniero técnico forestal, ingeniero de montes y ....¡escamondador de chopos cabeceros! Un enamorado, estudioso y divulgador de esos árboles.
Ha trabajado como brigadista y técnico en la extinción de
incendios, como motosierrista de altura, en labores de gestión forestal y de espacios
protegidos, así como en la ordenación de montes. En 2012 fundó, con Felipe
Ruiz, la empresa Xiloforest que durante unos años escamondó cientos de chopos
cabeceros en diversas riberas turolenses, tarea que simultaneó con su
incipiente vida familiar y sus estudios. Estuvieron escamondando en cuatro de
las fiestas que hemos hecho.
Miguel Ángel sobre un chopo recién escamondado en Torre los Negros
Unos años más tarde, como APN realizó el inventario para el
plan de gestión de los árboles trasmochos de la Arboleda
Singular Ribera del Chopo Cabecero del Alfambra. Y, poco después, ya como
Ingeniero de Montes en el Servicio Provincial de Teruel, puso en marcha
proyectos de conservación árboles trasmochos en Aguilar del Alfambra y Jorcas. También colaboró con la
Confederación Hidrográfica del Júcar en otras actuaciones de conservación de
este tipo de arbolado en la Reserva Natural Fluvial del Alfambra, en Gúdar y
Allepuz. Actualmente trabaja en la gestión de los montes de las Áreas
Medioambientales del Jiloca y de las Cuencas Mineras donde sigue implicado en
la conservación y la gestión de los chopos cabeceros.
Miguel Ángel agradeció el premio y se lo dedicó a su familia
y a la gente cercana que tiene cariño por estos viejos árboles. Recordó que el
aprovechamiento y la gestión es conservación y mantenimiento.
A continuación se anunció la localidad en la que se celebrará la XVI Fiesta del Chopo Cabecero. Tendrá lugar en La Hoz de la Vieja el 14 de noviembre de 2026. Dos representantes de la asociación cultural "La Foz y el Castiello" local tomaron el testigo para organizarla, junto con el Ayuntamiento, y se dirigieron al público para invitarle a participar.
El alcalde, Joaquín Lahoz agradeció a los asistentes su
presencia y se congratuló de que nos hubiéramos acercado a Estercuel a conocer
el pueblo y su riqueza patrimonial y nos invitó a volver.
Y terminamos, como siempre, entonando el “SOMOS” de
Labordeta, esta vez acompañados por la Deluxe Rock Band. Igual al año que viene
proponemos al ayuntamiento de Zaragoza que nos lleven a la plaza del Pilar a
los choperos con la orquesta a entonar el SOMOS.
Deluxe nos sorprendió a los asistentes con un concierto muy especial y muy potente
Al finalizar “el baile”, pudimos unirnos a la actividad “Teruel bajo las estrellas: rumbo al eclipse 2026”,
organizada por ADIBAMA y que tuvo lugar en el Monasterio del Olivar. La lluvia impidió realizar la observación nocturna del firmamento. Sin embargo se mantuvo la visita guiada por Fray Fernando
Ruiz, que supo transmitir su energía y cariño por el arte, la historia y el monasterio.
Queda para otra vez ver estrellas y otros lugares de
Estercuel. Las dos neveras y los dos Calvarios (el del monasterio y el del pueblo),
la ermita del Pastor, el pairón de la Virgen y el Tromagal, otra joya de
patrimonio natural.
Y con la satisfacción de haber pasado un día estupendo en el
que todo salió fenomenal, nos volvimos “cada mochuelo a su olivo” después de
conocer otro lugar especial que forma parte ya del patrimonio de todas y todos,
haber saludado a los “fijos en las fiestas” y ver que para el año que viene ya
hay relevo (y para otros, porque las peticiones siguen llegando).
El año próximo ... ¡nos vemos en La Hoz de la Vieja!
Pilar Sarto (texto). CELAN.
Rosa Pérez (fotos). CELAN.
Pilar