Natura xilocae

Journal of observation, study and conservation of Nature Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal de l'observation, l'étude et la conservation de la nature et des Terres de Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal der Beobachtung, Erforschung und Erhaltung der Natur und der Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Gazzetta di osservazione, lo studio e la conservazione della natura e Terre Jiloca Gallocanta (Aragona) / Jornal de observação, estudo e conservação da Natureza e Jiloca Terras Gallocanta (Aragão)

jueves, 10 de febrero de 2011

OTRO ENIGMA EN LA ZARZA

En los últimos días del otoño recorríamos la ribera del Huerva entre Fonfría y Bea. El soto está compuesto por una estrato arbóreo de viejos chopos cabeceros y de álamos no trasmochos, por otro formado por arbustos espinosos y por un herbazal alto de gramas.

La jornada nublada aportaba un gris apagado que restaba vida al paisaje otoñal, con la arboleda ya desnuda y al pajizo del un prado o de los rastrojos que casi no han renacido. Los frutos de la gazpotera eran como unas guirnaldas rojas sobre las ramas desnudas del espino. Los frutos de la zarza escalambrujera (escaramujo o rosal silvestre, como llaman los libros) casi habían desaparecido.

En uno de estos zarzas encontramos el robusto y alto nido de un pájaro. Por el tamaño y la forma parecía de un túrdido. Seguramente sería de un mirlo común. Una torda negra, que también se llama por la zona.

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Al asomarnos nos encontramos que el hueco estaba colmado de frutos y semillas de rosal silvestre parcialmente comidas.

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Parecía un comedero más que un almacén. Pero, ¿de qué animal?

Por el aspecto de los frutos parecía de un pequeño roedor.

Los frutos están comenzados por los laterales y por los extremos, quedando en ellos tanto parte carnosa como peladura del receptáculo carnoso. Las almendras de las semillas están roídas parcialmente mediante un corte en su extremo.

Dejándonos por la guía “Huellas y rastros de los mamíferos ibéricos” de A. Balmorí, B. Sanz y J.V. Turón llegamos a que posiblemente sean de ratón de campo. Esto parece razonable ya que se trata de uno de los micromamíferos más habituales en estos ambientes.

Wood mouse, Apodemus sylvaticus, Standing on a mossy branch, Derbyshire, UK ...

Así pues, puede resultar sugerente imaginar qué ocurriría.

El ratoncillo treparía hasta los extremos las ramas de la zarza en donde se encuentran los frutos. Comerlos allí requiere esfuerzo y habilidad, además de estar más expuesto a los depredadores. El nido es una plataforma muy apropiada. No exige equilibrios y ofrece un dosel de ramas espinosas que proporcionan protección. Así, uno a uno los iría cortando y los llevaría hasta el nido, donde con tranquilidad los iría comiendo.

Sorprende el poco aprovechamiento que hace de los frutos frente a las pequeñas semillas que, escondidas dentro de la almendra son extraídas por los pequeños agujeros que abre. También llama la atención que los escaramujos estaban casi acabados mientras que los frutos de la gazpotera aún estaban casi sin tocar. No sabemos si es que maduran más tarde o es una cuestión de variación individual. En cualquier caso esta falta de coincidencia en la fructificación convendría a los frugívoros esta distribución temporal de la fructificación.

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