Natura xilocae

Journal of observation, study and conservation of Nature Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal de l'observation, l'étude et la conservation de la nature et des Terres de Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal der Beobachtung, Erforschung und Erhaltung der Natur und der Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Gazzetta di osservazione, lo studio e la conservazione della natura e Terre Jiloca Gallocanta (Aragona) / Jornal de observação, estudo e conservação da Natureza e Jiloca Terras Gallocanta (Aragão)

lunes, 23 de mayo de 2011

LLUVIA DE VENENO EN LAS CUNETAS

Cientos y cientos de kilómetros de carreteras gestionadas por el Gobierno de Aragón han sido rociadas esta primavera.

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Esta imagen, tomada en el valle del Aguas Vivas, podría ser la de cualquier otra carretera comarcal.

En esta otra se observa cómo ha quedado el prado de una área recreativa próxima a la localidad de Gallocanta. 

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Tampoco se libran las aceras de los pueblos, los eriales, ribazos y los huertos abandonados. Es la fiebre del herbicida. 

En muchos casos el herbicida empleado es el glifosato, producto comercializado como Roundup por la empresa multinacional Monsanto y ahora por otras muchas pequeñas empresas agroquímicas. Este producto es un herbicida total. Se rocía sobre las hojas de las plantas, tanto herbáceas como leñosas, provocando su muerte ya que les impide la síntesis de ciertos aminoácidos.

Esta sustancia química tiene efectos perjudiciales directos (intoxicaciones) para la salud de las personas pero también puede causar efectos nocivos a largo plazo como daños genéticos, alteraciones reproducción y carcinogénesis. Es muy intenso el debate existente sobre los efectos en el sistema endocrino de los mamíferos y se han dado conocidos casos de fraude desde laboratorios que niegan dichos efectos.

Mientras tanto no son pocas las personas que recogen caracoles, espárragos, cardillos o setas en las cunetas de las carreteras y que posteriormente ingieren dichos alimentos. Tampoco escapan a esta nueva e impactante práctica los pocos espacios protegidos que hay en Aragón, como puede comprobarse en la Reserva Dirigida de la Laguna de Gallocanta.

No están bien estudiados los efectos sobre los ecosistemas. Es claro, que estos productos tienen gran capacidad de infiltrarse en el suelo y afectar a los organismos edáficos y acuáticos, donde también llega por escorrentía superficial. Estas intoxicaciones pueden tener un alcance mucho más profundo de lo que pueda imaginarse.

El argumento esgrimido para justificar estos envenenamientos masivos de la vegetación y otros seres vivos de las cunetas es el de la seguridad vial y reducir el riesgo de incendios forestales. El uso de segadoras puede conseguir los mismos efectos sin causar un impacto ambiental tan severo.

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En la anterior imagen puede verse una cuneta viva que ha escapado de la lluvia de veneno y al menos este año no será tierra quemada.

1 comentario:

Diego dijo...

Hace unas semanas, dos niñas jugaban en un charco de la cuneta en la carretera de Torralba de los Frailes, entre el pabellón del pueblo y el bar. Rodeadas de hierba "quemada", ahora lo entiendo.