El pipirigallo o esparceta es una leguminosa herbácea y plurianual que proporciona un forraje de gran calidad y que es capaz de crecer en climas fríos y secos y sobre suelos pobres y pedregosos. Estas cualidades resultan muy adecuadas para los secanos de las tierras altas de Teruel, donde ha sido tradicionalmente apreciada por agricultores y ganaderos, siendo durante años la provincia con mayor superficie cultivada con esta forrajera.
Inflorescencia de pipirigallo
Los cambios productivos pero, sobre todo, la aplicación de la Política Agraria Comunitaria que no favoreció a las forrajeras de secano, provocaron una acusada regresión en Teruel donde casi llegó a desparecer hace unos diez años en su paisaje agrícola. Mientras tanto, con la intensificación agrícola y el monocultivo cerealista, se fueron poniendo de manifiesto problemas ambientales tales como la contaminación de las aguas subterráneas, la desaparición de la vida silvestre o la pérdida de fertilidad natural de la tierra.
Campo de pipirigallo en la cabecera del río Lanzuela (Campo Romanos)
Intentando demostrar una idea muy extendida entre la población rural, los alumnos de 4º de Secundaria del IES Valle del Jiloca de Calamocha realizaron durante tres años una investigación para demostrar el valor ambiental del cultivo de pipirigallo, a la vez que aprendían ecología, agronomía, botánica o geografía, y comenzaban a tomar conciencia de la realidad social y económica de la agricultura en Teruel.
Montando una trampa de erosión en las parcelas del Instituto
Para ello, pusieron en marcha parcelas experimentales, construyeron simuladores para calcular la pérdida de suelo, compararon la biodiversidad de invertebrados en diversos cultivos de secano, censaron las poblaciones de aves invernantes propias de los medios agrícolas, además de buscar información entre agricultores, investigadores, naturalistas o agentes forestales.
El resultado de este estudio ha sido recogido en el libro “Interés ambiental del pipirigallo (Onobrychis viciifolia): una investigación en el aula” por el profesor coordinador Chabier de Jaime Lorén que ha editado el Consejo de Protección de la Naturaleza de Aragón. Su presentación tendrá lugar mañana miércoles 6 de junio a las 20 horas en el salón de actos de la Cámara de Comercio e Industria de Teruel (C/ Amantes, 17).
Recientemente se difundía la investigación “¿Malas hierbas o diversidad vegetal? Su papel como indicador de la eficiencia de medidas agroambientales y de técnicas de agricultura de conservación en secanos cerealistas de Aragón” realizada por los investigadores Alicia Cirujeda, Ana Isabel Marí y Carlos Zaragoza (CITA), Joaquín Aibar (Universidad de Zaragoza) y Sonia Murillo(Departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente). Este estudio propone tres medidas para favorecer la flora arvense y a la biodiversidad en general en los secanos del valle del Ebro. Una de ellas es la siembra de pipirigallo (esparceta). Para demostrar su interés se ha comparado la flora silvestre en parcelas de cultivo de cereal y de la leguminosa, comprobándose que en los campos de esta forrajera la riqueza de plantas arvenses que no interfieren con la cebada es superior. Y, casualmente, las parcelas experimentales han estado en Calamocha. Esta era una de las líneas de investigación en el estudio de los alumnos del IES Valle del Jiloca.
Pipirigallo recién segado en Lagueruela (Alta Huerva)
Como dice el investigador Ignacio Delgado, la sociedad está volviendo a poner la atención en este cultivo humilde pero tan bien adaptado a la rudeza del medio físico de Teruel. Incluso con perspectivas insólitas, como la del turismo amante de los paisajes rurales diferentes.
Cañada de Benatanduz (Maestrazgo)
Con esta perspectiva, la revista La Magia de Viajar por Aragón publica en este número de abril-mayo de 2012 (nº 71) el artículo titulado “Púrpura en los secanos de Teruel” que propone visitar en estos días de final de primavera de la explosión de vida y color que ofrecen los campos de este rincón de la cordillera Ibérica.
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