Natura xilocae

Journal of observation, study and conservation of Nature Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal de l'observation, l'étude et la conservation de la nature et des Terres de Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal der Beobachtung, Erforschung und Erhaltung der Natur und der Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Gazzetta di osservazione, lo studio e la conservazione della natura e Terre Jiloca Gallocanta (Aragona) / Jornal de observação, estudo e conservação da Natureza e Jiloca Terras Gallocanta (Aragão)

lunes, 4 de julio de 2011

EL CABALLO DE TROYA

Estos días ha sido noticia en la prensa aragonesa la movilización de ayuntamientos y vecinos de la Ribagorza ante la pretensión de Red Eléctrica Española (REE) de levantar una línea de alta tensión (400 kV) entre Peñalba, Monzón e Isona. Los ayuntamientos de Graus, Tolva, Fonz, Capella, Lascuerre o Puente de Montañana van a presentar quejas por diversos motivos. Unos argumentos son de carácter ambiental pues esta infraestructura atravesaría siete zonas de interés ecológico, desde los Monegros hasta el Noguera-Ribagorzana. Y otros son de naturaleza más social, por las posibles afecciones a la salud al sobrevolar muy cerca de núcleos urbanos. La Ribagorza está especialmente unida y levantada contra las grandes líneas eléctricas proyectadas por REE (Aragón-Cazaril, Graus-Sallente) habiendo conseguido victorias como ocurrió con las sentencias del Tribunal Supremo que desestimaron los proyectos. La presión social en estas zonas del Altoaragón se percibe al comprobar como la propia Diputación Provincial de Huesca defiende a los ayuntamientos afectados coordinándose con la de Lérida y solicitando una prórroga en el plazo de alegaciones. Reuniones en los pueblos, manifestación en Graus …. una respuesta de esperanza en unas comarcas también afectadas por la despoblación y la crisis rural.

Mientras tanto, ¿qué está ocurriendo en el sur de Aragón? Asistimos estas semanas a la construcción de la línea eléctrica entre Calamocha y Mezquita de Jarque. Esta línea de alta tensión atravesará parajes naturales de alto valor ambiental como son las zonas esteparias del valle del Jiloca, los páramos del alto Pancrudo y del Campo de Visiedo, así como las sierras de La Val, en las Cuencas Mineras.

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En esta última comarca, algo más al norte, puede verse como también se están erigiendo unos gigantescos soportes en la zona de Plou, suponemos que para conectar la citada línea con el valle del Ebro a través de Fuendetodos.

Los cielos libres y limpios de Teruel son hendidos y cercenados por los cables metálicos. El degradación del paisaje, la afección a la vida silvestre y la limitación en el uso del suelo no son suficientemente valorados ni por la sociedad ni por sus representantes municipales ni por la administración.

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Se aludirá a la existencia de estudios de evaluación de impacto ambiental. Se argumentará el interés social y económico (¡!). Sospechamos que tras estas líneas subyace el interés de las empresas eólicas que exigen líneas de evacuación para los nuevos parques de aerogeneradores que van a implantarse en este territorio.

Como ocurre con la construcción de embalses, tan rechazada por los ayuntamientos del Altoaragón tan tolerada –sino auspiciada- por los turolenses (véase los de Lechago, Las Parras o Los Alcamines), encontramos una mínima respuesta social a unas infraestructuras como son las líneas de alta tensión que van a hipotecar recursos ambientales y que son el caballo de Troya de la invasión de molinos en nuestros cabezos, sierras y páramos.

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¿Qué ocurre entre nuestras gentes? ¿Dónde está la capacidad de respuesta del territorio? ¿Por qué se muestran tan atrevidos los políticos en sus discursos? ¿Tan rendida está la sociedad rural que con cuatro perras gordas liquida el patrimonio? Esta situación nos recuerda a la venta de utensilios antiguos de las casas fuertes de nuestros pueblos a los chamarileros que luego acaban en manos de los anticuarios y en las fincas de los nuevos ricos.

¿Qué ocurre en las comarcas de Huesca que no se da en las de Teruel? ¿Es que sus gentes tienen otra sensibilidad y aprecio por el medio ambiente? ¿Es que han sido escarmentados con la construcción de pantanos?

Afortunadamente aún quedan excepciones en Teruel. Hace unos años los vecinos de Galve o el ayuntamiento de Molinos se levantaron ante una línea eléctrica que cruzaba su término municipal. Hay comarcas que lo tienen más claro, como el Matarraña o Albarracín, en donde ni se plantean estos temas. Pero el Teruel Interior (Cuencas Mineras, Comunidad de Teruel, Jiloca) es un territorio dócil que no ha interiorizado el valor de su paisaje ni la hipoteca que supondrá su pérdida por un modelo desarrollista de explotación de los recursos naturales.

De aquí la importancia de grupos como el Colectivo Sollavientos que ofrecen razones y argumentos para buscar modelos de desarrollo sostenible que no supongan nuevas agresiones ambientales. Una voz clara en el espeso silencio de Teruel donde solo resuena el sordo matraqueo político oficial.

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