Natura xilocae

Journal of observation, study and conservation of Nature Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal de l'observation, l'étude et la conservation de la nature et des Terres de Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal der Beobachtung, Erforschung und Erhaltung der Natur und der Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Gazzetta di osservazione, lo studio e la conservazione della natura e Terre Jiloca Gallocanta (Aragona) / Jornal de observação, estudo e conservação da Natureza e Jiloca Terras Gallocanta (Aragão)

jueves, 18 de octubre de 2012

EL BARRANCO DE LOS TERREROS. UN LABORATORIO GEOLÓGICO

El barranco del Reajo es un afluente del río Cámaras por su margen derecha. Es uno de los muchos cursos de agua temporales que forman parte de la gran cuenca del Aguas Vivas, un amplio territorio comprendido entre las comarcas del Jiloca, Campo de Daroca y Campo de Belchite.

Nace de la confluencia de dos cortos barrancos: el de Mingirón y el de Los Terreros.

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El primero de ellos es un paraje en el que se intercalan cárcavas y prados donde antaño había pequeñas parcelas cultivadas e irrigadas con el agua de un pequeño manantial. En el fondo, el desarrollo del espinar en anchura y altura es tal que prácticamente nos costó de franquear.

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Lo visitamos solo en parte. Eran los días finales de junio y la floración se mostraba en todo su esplendor. El día, tan radiante, nos permitía disfrutarlo.

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El barranco de los Terreros, en cambio, lo recorrimos completamente. Remontamos por la margen izquierda a través de un áspero pastizal rico en aliaga, lastón y labiadas aromáticas (tomillo y salvia) hacia un manantial donde prosperaba un bosquete de chopos cabeceros, ya en la parte más alta del mismo.

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Conforme ascendíamos comprendimos el origen del topónimo. Los terreros son las cárcavas que las aguas superficiales habían abierto en estratos de pizarras arcillosas que buzaban en dirección contraria a la de la pendiente.

El descenso lo hicimos por el fondo del barranco. Allí pudimos contemplar de cerca estas formas erosivas de relieve. La pizarra, por su parte, se desmenuzaba por meteorización mecánica en fragmentos alargados que se acumulaban al pie del talud, donde evacuados por las sucesivas riadas. Estas pizarras, de espesores decamétricos, en el tramo alto de la ladera derecha tenían una cubierta vegetal similar a la de la ladera opuesta siempre que la incisión de la cárcava lo permitiera.

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Las vertientes de las cárcavas estaban prácticamente desprovistas de plantas. Sustrato impermeable, acusadas pendientes, suelo inexistente, orientación al poniente …. No lo ponían fácil. Sin embargo, alguna mata de pipirigallo silvestre soportaba estas condiciones tan extremas. Como en los taludes de las autovías donde se también se siembra, aquí estaba mejorando el sustrato y manteniéndolo con sus profundas y desarrolladas raíces.

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Entre las pizarras aparecían intercalados numerosos niveles de calizas muy fosilíferas de grosor métrico. La acción de lavado por las aguas de la rambla había exhumado amplias losas de estos materiales carbonatados. La riqueza de caparazones de braquiópodos era enorme. De hecho, estas parecían compuestas por conchas aglutinadas por un cemento de carbonato de calcio. Eran lumaquelas.

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Estos materiales proceden de sedimentos detríticos (limos y arcillas) depositados en ambientes costeros durante tiempos prolongados y de sedimentos depositados por la precipitación química de carbonatos en ambientes de aguas abiertas. Unos y otros lo hicieron durante del Devónico (Paleozoico) en una época en la que tuvieron lugar oscilaciones rítmicas del nivel de las aguas, con transgresiones que favorecían la formación de calizas y con regresiones en las que lo hicieron las arcillas, posteriormente metamorfizadas en pizarras.

Pero, observando con detalle las pizarras era incluso posible apreciar estructuras tectónicas, como micropliegues y microfallas, manifestaciones de los esfuerzos que también afectan al conjunto del barranco como indica la cartografía geológica.

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En un pequeño barranco encontrábamos dos tipos de rocas (litología), discretas manifestaciones de la geodinámica interna (tectónica), una colección de braquiópodos (paleontología) y una espléndida expresión del modelado del relieve en forma de cárcavas (geomorfología externa).

Esto es, un laboratorio geológico.

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