Natura xilocae

Journal of observation, study and conservation of Nature Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal de l'observation, l'étude et la conservation de la nature et des Terres de Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal der Beobachtung, Erforschung und Erhaltung der Natur und der Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Gazzetta di osservazione, lo studio e la conservazione della natura e Terre Jiloca Gallocanta (Aragona) / Jornal de observação, estudo e conservação da Natureza e Jiloca Terras Gallocanta (Aragão)

viernes, 8 de noviembre de 2013

ESCOMBROS Y OTROS VERTIDOS SÓLIDOS URBANOS. ¿QUÉ HACEMOS CON ELLOS?

Uno de los espacios naturales más singulares de la comarca del Jiloca es el sabinar de Olalla.

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Es una antigua dehesa boyal en un bosque de sabina albar que ha sido aprovechada para el ganado ovino hasta hace muy poco mediante la poda de las ramas bajas que eran comidas en el terreno como ramón. No es muy extensa, pero sí alberga numerosos pies sanos, robustos y añosos. En la parte más próxima al pueblo, mantiene la estructura abierta, con un pastizal entre los árboles que resulta muy atractivo para el paseo. En la más distante, los rebollos y las carrascas se intercalan entre las sabinas cerrándose el bosque. El valor ornitológico es notable, pues alberga una interesante población de túrdidos invernantes y otra de rapaces forestales nidificantes, por citar dos aspectos relevantes. Pero, tal vez no sea menor su importancia micológica, no tanto por producir gran cantidad de setas comestibles sino por el interés científico de las especies de hongos que allí habitan, en opinión de los investigadores que lo conocen. Por ello, y por otros valores ambientales, el Sabinar de Olalla se encuentra dentro del Catálogo de Bosques Singulares de la provincia de Teruel realizado por el Servicio Provincial de Agricultura y Medio Ambiente. Este espacio natural es bastante conocido y ha sido incluido en publicaciones de rutas senderistas, en folletos institucionales y está dotado de su propia señalización turística en el propio pueblo que, a su vez, tiene algunas viviendas de turismo rural.

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Al este singular sabinar se accede desde el próximo núcleo urbano de Olalla a través de un camino agrícola que asoma sobre una depresión abierta por la rambla de El Sabinar. El camino pasa al pie de unas espectaculares cárcavas y desciende vivamente al bosque.

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Allí, en el acceso de uno de los espacios naturales más hermosos de la comarca, se han vertido durante años escombros y otros residuos domésticos. Era el vertedero del pueblo.

No han sido pocos los vecinos y visitantes que han señalado esa lamentable situación. Sabemos que los valores naturales y paisajísticos no siempre tienen la consideración de otros elementos patrimoniales como pueden ser los monumentos y otros edificios. Pero al juicio de muchos era como si Peracense mantuviese el vertedero en las puertas de su famoso castillo, Calamocha junto al puente romano o Monreal del Campo junto a los Ojos del Jiloca.

Y sabemos también que la gestión de los escombros y de otros residuos sólidos urbanos es difícil en los pueblos pequeños y que además están situados en un territorio tan extenso y poco poblados. Por eso tal vez no se haya presionado más a los responsables municipales.

En un recorrido que este verano realicé por la rambla de El Sabinar pude contemplar que el vertedero había sido cubierto con tierra y que se habían colocado carteles que indicaban la prohibición de verter escombros y otros residuos. Tras tantos año al final estaba clausurado. Todo llega … aunque sea tarde.

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Fue una gran alegría la de aquella tarde.

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Pero, a veces, la alegría dura poco. En ese momento me vino a la mente el recuerdo de la escombrera que encontramos este invierno junto al mismo pueblo, en una vertiente de La Riera. Estaba en plena actividad y había enrunado prácticamente dos grandes chopos cabeceros, al tiempo que sembrado de basuras y cacharros el cauce de este hermoso arroyo.

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Al ver el sellado del vertedero del sabinar, al instante, tuve la impresión de que se había clausurado un vertedero e inmediatamente se había reactivado el otro. Como suele decirse, hemos desvestido un santo para vestir a otro.

Esto mismo puede observarse en localidades próximas, como Lechago …

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o como Cuencabuena …

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No se pretende con este comentario más allá que reflexionar sobre la degradación paisajística y la contaminación ambiental que suponen los vertidos de escombros y de residuos domésticos voluminosos.

En Calamocha, sin ir más lejos, podemos encontrar al menos en La Cañadilla (el extenso vertedero municipal y el de una industria), en la Rambla Rija, en El Gazapón y, hasta hace poco, en la Cerrada de Sancho y en El Salto. Al menos, seis vertederos no controlados.

Es posible que los puntos limpios que se han construido en Monreal del Campo y Calamocha consigan reducir los vertidos en el campo de viejos cacharros en estos pueblos y en algunos próximos. Pero tal vez no den solución a aquellos que se encuentran más distantes. Sabemos que no es fácil.

El caso de los escombros es competencia municipal y tendrá que adaptarse a una normativa aragonesa de residuos que se encuentra en elaboración y por desarrollar.

Es bueno viajar a otros países y comprobar que estas situaciones, tan comunes en el solar ibérico, allí se han resuelto. Hace falta mucha más sensibilización social, más presión sobre los políticos y más implicación personal entre los ciudadanos. Casi tanta como la que tenemos en la limpieza de nuestros cuidados hogares o de nuestros brillantes coches.

7 comentarios:

Diego Colás dijo...

Es descorazonador salir al monte y tener que encontrarse siempre con el rastro inconfundible de la mano del hombre en forma de envoltorios, latas de aluminio o botellas de vidrio. Sin embargo, lo de los vertederos clama al cielo y clama más todavía la aparente normalidad con la que nos tomamos todos estos problemas como si fueran irresolubles. Magnífico artículo Chabier.

Jesus Lechon dijo...

Aquí, lejos de allí, el solar ibérico, continúa.

Me pregunto si la expresión “lo que hay en España es de los españoles”, tiene su equivalente en otros países. Eso debe ser lo que nos mueve.

Lo veo a diario, y es solo la punta del iceberg. Lo que no veo es más escandaloso aún, por las noches todos los gatos son pardos.

A veinte metros de donde estoy, en aquellos maravillosos años, hace media docena, poco más, arrancaron los naranjos, llegaba la recalificación,.. Aunque pobre, como suelo industrial, no urbanístico, daba igual, venia el dinero y los arrancaron, hoy esta todo pardina, y empieza a ser la tierra de nadie. Es decir: Tierra de todos los españoles.

Llegan las furgonetas, los turismos, siempre parecen los mismos, pero no, cada vez es alguien nuevo, y cuando llega la noche, el tráfico debe ser impresionante.

Siempre es lo mismo, ves llegar un coche, no para, tira un montón de escombros, y se va. … luego llega otro, luego otro,y de vez en cuando un pobre, que viene a buscar….

A unos quinientos metros, está el vertedero legal, el punto limpio… pero aunque es gratis, lleva su papeleo, debes identificarte, seguir las normas,…

Uno llega a una edad en la que ya no le da igual todo, y le entra el conocimiento. Cosa que lamentablemente no a todo el mundo le pasa.

Así que lo denuncio y el amigo de la policía, en fin, en cada turno solo puede hacer, justificar, 20 km con el coche, y si vienen a vigilar ya no puede volver al cuartel, ni perseguir a los malos, la Guardia Civil esta poco más o menos igual, de hacer la ronda dos veces al día, a verlos muy de vez en cuando.

Para hacernos una idea en un terreno de una media docena de robos que dirían en la vega calamochina, habrá unas 300 Tn de escombros…en tres o cuatro años.

No esta mal, doy fe de que la construcción no ha parado

Recuerdos.

PD FER, si estas por ahí, el azafrán hará un par de semanas que se esporriño, ahora, como España, esta con los brotes verdes, la cosecha, está ahí, a unos días. Ya lo contare...

José Antonio S. dijo...

Antes no teniamos en los pueblos estas enrrunas,pero porque lo poco que teníamos se utilizaba para toda la vida y cuando no valia se reutilizaba para apañar una conejera un portillo
una borrega de una pared hacer un morral o remendar las albarcas,nada se tiraba.
Como me dijo nuestro amigo Luis Torrijo antes de esta crisis vivimos en la sociedá de la abundancia.

Fer dijo...

Las primeras cebollas que puse ya están sacando los brotes! Bastante lentas eso si, aquí no tienen prisa, al hielo le costará llegar si es que viene...

Saludos!

José Antonio S. dijo...

Pues el azafran de Bañón está dando las últimas rosas.

RUBEN dijo...

Hay que tener bien claro que esos vertederos son ilegales. Y como ciudadanos si cada vez que vemos uno de ellos, lo fotografiamos y lo denunciamos a las instituciones, habremos hecho una gran labor. Solo con multas y denuncias se erradica el problema. Y de hecho en el resto de provincias españolas es difícil observar éste fenómeno que en Teruel parece ser casi tan típico como el Torico y los jamones...

María Pilar dijo...

La proliferación de vertederos ilegales que hay en el Jiloca y en el Campo de Daroca no lo he visto en ninguna otra comarca de España.
De verdad, que da vergüenza cuando gente de fuera visita estos pueblos. Con tan poca conciencia cívica, difícilmente se podrá explotar el potencial turístico de estos pueblos.
¿No se dan cuenta de que en comarcas como Albarracín o Matarraña, donde los turistas van cada año y hablan maravillas de sus pueblos, esas cosas no pasan? Más nos valdría copiar de los que hacen las cosas bien, y no ser tan autocomplacientes.....