Natura xilocae

Journal of observation, study and conservation of Nature Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal de l'observation, l'étude et la conservation de la nature et des Terres de Jiloca Gallocanta (Aragon) / Journal der Beobachtung, Erforschung und Erhaltung der Natur und der Lands Jiloca Gallocanta (Aragon) / Gazzetta di osservazione, lo studio e la conservazione della natura e Terre Jiloca Gallocanta (Aragona) / Jornal de observação, estudo e conservação da Natureza e Jiloca Terras Gallocanta (Aragão)

lunes, 26 de marzo de 2012

UN PASEO POR LA RIBERA DEL GUADALOPILLO EN ALCORISA

El Ayuntamiento de Alcorisa ha organizado este mes de marzo la 1ª Jornada de Medio Ambiente. Entre una amplia gama de conferencias, debates, mesas redondas, excursiones o películas se ha incluido un paseo por la ribera del río Guadalopillo a su paso por el núcleo urbano de dicha localidad. Un programa muy completo, al nivel de una sociedad dinámica y comprometida como la de Alcorisa. En muchos pueblos de Teruel nos gustaría contar con un cartel como éste.

Medio Ambiente

Así, el pasado domingo 18 acudimos a participar en dicha actividad. Con una veintena de vecinos y algunas amigas de Andorra formamos una comitiva dispuestos a disfrutar de la mañana.

Partiendo del parque, iniciamos un pequeño recorrido con el objeto de interpretar el paisaje, identificar los elementos del ecosistema y reflexionar sobre su gestión y conservación.

El parque es bastante extenso y reciente. Se ha construido sobre antiguas huertas y se encuentra muy próximo al río. En el centro hay un gran lago artificial con taludes de cemento y piedra natural y una gran pradera de césped ocupa el resto. Los árboles, casi todos de especies foráneas, aún son pequeños, pero queda un par de grandes y preciosos latoneros. A su paso por el parque, la ribera carece de árboles. Los chopos que había, nos comentan que los quitaron …. para evitar molestias a los paseantes. Una lástima, pues hubieran aportado sombra y algo de solera a este espacio público.

Enfrente, hacia el pueblo, los huertos están cerrados por muros en su fachada al río. En algunos crecen zarzas que acogen a mirlos que ya gorjean en pleno celo esta mañana tibia de final de invierno. El río lleva muy poca agua. Y esta tiene muy poca calidad en este tramo. La escasez de caudal y la lentitud de las aguas se manifiestan en la población de aneas y carrizos que ocupa el cauce, y en las basuras (envases y otros residuos plásticos) que quedan retenidas.

En la margen derecha, una espléndida hiedra tapiza una pared y un enorme zarzal se extiende por antiguos huertos y edificios ruinosos. Los mirlos encuentran en este rincón su refugio, un buen rincón, entre el parque los huertos y la ribera.

Salimos del parque por un sendero que sigue río abajo. Nos encontramos los primeros árboles ribereños, al principio tallares de chopo canadiense, pero también saúcos, pequeños olmos y alguna sarga negra, todos ellos enreligados por zarzales. La presencia de estos arbustos la marca muy bien una curruca capirotada, también en plenos juegos nupciales.

La ribera va ganando en naturalidad. Los chopos negros, todavía no muy grandes y de conformación bravía, predominan aunque también comienzan a verse los primeros álamos blancos. En la margen izquierda, queda algún viejo peral. Más adelante, el talud de un huerto está poblado por viejos latoneros, cuyas retorcidas y gruesas raíces desnudas denotan su edad y la pérdida de suelo, lo que contrasta con sus jóvenes tallos.

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Encontramos un chopo cabecero. El único que resulta claro. Su tronco alcanza los dos metros y le nacen varias vigas. Nos cuentan que antiguamente se aprovechaban las ramillas jóvenes que se cortaban regularmente para el ganado. Un uso muy propio del Maestrazgo y su somontano hacia el valle del Ebro.

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Lo habitual es encontrar chopos podados a poco más de un metro de altura y de cuyo tronco nacen varias vigas. El corte queda más alto que en un tallar pero bastante más bajo que en un trasmocho. Es una técnica que hemos visto en la cuenca del Jalón y que pensamos que no llega a ser la misma que conforma los chopos cabeceros.

Un enorme chopo requiere de siete adultos para rodearlo. Son árboles muy veteranos.

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Un gran sauce extiende sus grandes ramas en paralelo al suelo. También se conoce aquí su empleo tradicional para proporcionar mimbres con destino a la confección de cestos.

Y, un poco más adelante, una hermosa sarga negra forma un túnel sobre el propio río. Las aguas, liberadas de los remansos, corren veloces deslizándose por unos pequeños rápidos. En la orilla, las calas abren sus tiernas hojas apurando para florecer antes de que surja el denso follaje del soto. En las copas se oyen bandos de mitos y en los troncos pía un agateador común.

A su paso por la línea eléctrica, una compañía ha desmochado algunos chopos y álamos para evitar el contacto con los cables. Es posible que algunos puedan hacerse trasmochos si dentro de unos años los vuelven a podar.

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Durante el paseo nos acompaña Manuel Cirugeda, natural de Fuentes Calientes y con raíces en Fuenferrada. Es un veterano tirador de pinos y de chopos cabeceros que conoce bien el oficio y que recorrió en sus años jóvenes las riberas del Martín, Guadalope y Pancrudo. Trajo la herramienta para hacer trasmochos a un par de chopos negros. Le gusta el oficio. Maneja la motosierra con soltura. Estudia el punto de corte en el tronco para dejar zonas de rebrote que aseguren el futuro del árbol. Y analiza también la caída de los troncos para evitar accidentes. Es sabedor de una profesión difícil y arriesgada, que alarga la vida de los árboles y que, hasta hace poco, proporcionaba recursos en los pueblos.

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Sirvan estas líneas de homenaje a Manuel y a otros veteranos tiradores de vigas de chopo, amantes del campo y de los árboles, que han conseguido transmitir un patrimonio como son los viejos chopos cabeceros de los ríos turolenses.

2 comentarios:

Fer dijo...

Tremendísimo ejemplar. Parece propio de un tallar desarrollado al máximo, ¿no crees Chabier?

Chabier dijo...

Sí, esa impresión da. Pero tal vez demasiados altos para ser tallares. Se solía/suele apurar más al suelo.